Javier Krahe: "Mis obsesiones son el lenguaje y las mujeres"

Javier Krahe: "Mis obsesiones son el lenguaje y las mujeres"
Javier Krahe: "Mis obsesiones son el lenguaje y las mujeres"

Con la voz ronca y su habitual elocuencia, Javier Krahe (Madrid, 1944) habla con tranquilidad sobre la música y su trayectoria. Con pronunciados silencios y reflexiones, el cantautor analiza los porqués de su evolución, defiende la "comodidad" de actuar en espacios reducidos y asegura, entre risas, no tener retos. Tampoco elude charlar sobre política o acerca del caso del crucifico que, aun después de ser absuelto, sigue saliendo a colación en sus entrevistas. Conocido por el gran público tras formar parte de 'La Mandrágora', más de tres décadas después todavía llena locales. Y no es un burdo rumor.

Llega a Zamora con 35 años de carrera a sus espaldas y con un disco en el que aparecen algunas de sus canciones más representativas. ¿Qué se va a encontrar su público en La Cueva del Jazz?

Pues se va a encontrar a tres músicos y a un cantante. Vamos a intentar darles una hora y media de espectáculo con un repertorio entretenido y que se basa en la diversión hecha canción.

¿Qué ha cambiado en Krahe desde sus primeros discos y La Mandrágora?

Más que cambios ha sido una depuración. En el contenido y en la manera de cantar. Cuento con tres músicos que tocan mejor que hace treinta años. O eso espero (ríe). Y luego estoy yo, que también canto mejor. Pero tampoco mucho mejor. Y además tengo una obsesiones parecidas.

¿Cuáles son esas obsesiones?

Tengo obsesiones, principalmente, de dos tipos. Primero, del propio lenguaje, una obsesión por encontrar la expresión precisa. Y después, las mujeres; no me aclaro. Aunque en realidad no sé si puedo aclararme a mí mismo.

Comentaba en varias entrevistas que prefiere actuar en lugares pequeños, como hará en Zamora. ¿Por qué?

Me encuentro más cómodo. No es que esté incómodo en un teatro, pero prefiero un sitio más pequeño. Me refiero a un local con unas 200 personas. Simplemente, porque se está mejor.

Entre el público, contará con un buen número de jóvenes. ¿Por qué cree que su música les atrae?

Se lo pregunto a ellos y no me lo aclaran. Tampoco pienso mucho en ello. Sólo les veo y digo: mira, a estos le gusta.

¿Piensa que hay espacio en España para la ironía y la sátira en la música?

No sé si ahora es un buen momento para esto. Yo creo que hay sitio. Al menos, yo lo tengo, desde luego.

Usted ha apoyado a Podemos de forma pública, pero asegura que no quiere que tengan mayoría absoluta. ¿Podría explicarlo?

Es por mi modesta experiencia en democracia. Mira, ahora tiene mayoría absoluta el Partido Popular y está siendo un desastre. En la primera legislatura de Aznar, hubo un Gobierno sin mayoría y fue algo normal, corriente y moliente. Después, mayoría absoluta y un desastre. Lo mismo puede pasar aquí. Las mayorías no son buenas.

Estuvo a punto de 'ir a la hoguera' por el incidente del crucifijo. ¿Le molesta que este tipo de asuntos siga sacándose de contexto?

Me molesta sí. Me molesta que ocurran estas cosas. Luego, al final salió bien, pero estuvimos siete años discutiéndolo. ¿Y para qué? Luego me absolvieron. Habría sido mejor que ni lo hubieran admitido.

¿Qué retos le quedan por delante después de esta gira con su nuevo disco?

¿Retos? ¡Qué lenguaje! (ríe). Yo no tengo retos. Estoy dando la misma gira de conciertos que el año pasado o que el anterior, sin basarme en el disco. El público encontrará un repertorio variado.

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