Con casi media hora de retraso, la Hermandad Penitencial de Nuestro Señor Jesús, Luz y Vida salía a las calles de Zamora. Tras un breve rezo en el atrio de la Catedral, los escasos doscientos hermanos de fila comenzaban su lento discurrir por el casco antiguo de la capital. Un trayecto que pasaba de la margen derecha a la izquierda a través del Puente de Piedra y que culminaba con la llegada al camposanto.

Allí se realizaba la ofrenda de una corona que fue transportada por los hermanos y una oración en la que actuaba el Cuarteto Musical “Jesús, Luz y Vida”, y el Coro de la Hermandad, que interpretó “De Profundis”. Tras ese momento íntimo y especial, la comitiva regresó con normalidad hasta la Seo.

Al margen del recorrido, los días previos al desfile se había generado aún más controversia con la situación de las andas que llevan a la imagen de “Jesús, Luz y Vida”, realizada por Hipólito Pérez Calvo. Así, tras pedir familiares de Pérez Calvo a los hermanos que no procesionaran, tan solo fueron algo  más de dos centenares, de los 700 que conforman la cofradía, los que quisieron acompañar a Cristo. Una situación que no pasó desapercibida para los espectadores, que quedaron sorprendidos ante la brevedad de la comitiva.

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