Juan Emilio Antón jura el Silencio de una cofradía que es más hermandad con la entrada de las mujeres

El emotivo acto dio paso al recorrido del Santísimo Cristo de las Injurias por las calles de Zamora.

Juan Emilio Antón jura el Silencio de una cofradía que es más hermandad con la entrada de las mujeres. Foto María Lorenzo
Juan Emilio Antón jura el Silencio de una cofradía que es más hermandad con la entrada de las mujeres. Foto María Lorenzo

Juan Emilio Antón al fin pudo realizar su juramento ante el Santísimo Cristo de las Injurias, algo que venía esperando desde el pasado 2019 y que impidió la llegada de la lluvia. Tres años más tarde, Antón pudo vivir dicho momento como antesala a la procesión de la Cofradía del Silencio.

La plaza de la Catedral volvió a acoger un juramento, en este caso el de un cirujano, hermano de la propia Cofradía del Silencio, que frente a las velas y el terciopelo rojo juró el silencio a la imagen. Además, el chelo de Jaime Rapado sonó de nuevo cuatro años después. 

Fernando Valera vivió su primer juramento del Silencio como obispo de Zamora en una Semana Santa en la que las procesiones han vuelto a las calles tras los años marcados por la pandemia y donde, las propias cofradías, apostaron por realizar actos pero no pudieron mostrar su imaginería ante la sociedad.

Isabel Blanco, el subdelegado del Gobierno en Zamora, Ángel Blanco, distintos concejales y representantes de los partidos políticos de la provincia, el Teniente Coronel de la Guardia Civil de Zamora, Héctor David Pulido, Antonio Vázquez, antiguo alcalde de la ciudad, Jaime Mayor Oreja, antiguo Ministro de Interior y autoridades de la Junta Pro Semana Santa y eclesiásticas estuvieron presentes durante el acto.

Antón no pudo evitar hablar sobre el coronavirus y los conflictos actuales, así como de la prepotencia de los hombres que han llevado al conflicto de Ucrania. Momentos de reflexión en los que recalcó que se debe hablar más con Cristo y escuchar sus consejos cuando presentamos nuestras cruces personales, recordando además a todos aquellos que nos han dejado a lo largo de estos años. Asimismo, quiso destacar el paso de las mujeres como hermanas de la cofradía, señalando que "ahora hay más hermandad".

Todo ello con referencias al Cristo de las Injurias, la representación del amor crucificado proque es el Dios que nos enseñó a amar y el hijo que murió por nosotros en la cruz. "Deseamos ofrecerte nuesto silencio como oración contemplativa con el máximo recogimiento. Te pido que nos ayudes a caminar contigo en silencio de palabra y a mentener silencio de mente para poder escucharte", finalizó Antón.

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