La Junta de Castilla y León emitió un total de 58 sanciones por incumplimiento de la normativa medioambiental a explotaciones porcinas de más de 2.000 animales censados, las conocidas como macrogranjas, desde el año 2014. De todas ellas, cerca del 75 por ciento (43) se debieron a incumplimientos en el tratamiento de residuos.
Así figura en la respuesta ofrecida por la Consejería de Fomento y Medio Ambiente, recogida por Ical, a la pregunta parlamentaria realizada en octubre de 2021 por la exprocuradora de Podemos en las Cortes de Castilla y León, Laura Domínguez, en relación al impacto ambiental de las granjas porcinas de más de 2.000 animales en la Comunidad.
Este tipo de instalaciones, consideradas como macrogranjas por el Registro Estatal de Emisiones y Fuentes Contaminantes al obligar a informar de sus emisiones, fueron objeto de un total de 99 expedientes incoados de los que se resolvieron 78 procedimientos sancionadores: 20 de ellos fueron archivados y el resto aparejaron sanción, 43 de ellas además por incumplimiento en el tratamiento de residuos.
Por provincias, las explotaciones porcinas de más de 2.000 animales de Salamanca fueron las que más sanciones congregaron, con 26 totales, 23 de ellas por incumplimiento en el tratamiento de residuos, de los 32 expedientes resueltos. De entre las sanciones, la contestación de la Junta especifica que los principales motivos fueron el incumplimiento de la normativa respecto a purines (19), seguido por los residuos veterinarios (3) y la alteración grave del suelo (1).
A continuación se sitúa Burgos, con 19 expedientes resueltos de los 32 tramitados y once con sanción, situándose como razones del incumplimiento el abandono, vertido o eliminación incontrolada de purines y de los residuos de construcción y demolición procedentes de intervenciones en las instalaciones de las granjas, la eliminación incontrolada de residuos mediante quema y el almacenamiento irregular de residuos propios de la actividad agropecuaria.
En Ávila se tramitaron once expedientes, de los que se resolvieron siete, seis de ellos con sanción, uno menos de los que conllevaron multa de la Junta en Soria, ya que de los ocho expedientes presentados y resueltos, se sancionaron siete, principalmente por deficiencias en la gestión de los purines. Mientras, en Segovia se sancionaron cuatro de los ocho expedientes resueltos, debido a deficiencias en la gestión del estiércol por balsas de purines sin impermeabilizar, roturas de balsas y acumulación de estiércol fuera de las instalaciones autorizadas.
Por último, explotaciones de Valladolid y Zamora acumularon dos sanciones cada una, el mismo número de expedientes tramitados y resueltos, principalmente por la realización de vertidos de residuos consistentes en purines líquidos y por el vertido al terreno de residuos no peligrosos procedentes de la balsa de almacenamiento. En León y Palencia, no se tramitó desde 2014 ningún expediente relacionado con el incumplimiento en el tratamiento de residuos de las macrogranjas.
Una de cada cuatro nuevas instalaciones es macrogranja
Todo ello en un contexto en el que más de una de cada cuatro explotaciones porcinas que se han implantado en Castilla y León durante los dos últimos años, marcados por la pandemia de Covid-19, son macrogranjas. En concreto, se trata de 26 nuevas explotaciones con un censo de animales totales superior a 2.000, frente a las 68 granjas de menos de 2.000 cabezas que iniciaron su actividad desde el 1 de enero de 2020.
De esta manera, las macrogranjas suponen el 27,66 por ciento de las nuevas explotaciones porcinas de la Comunidad, manteniendo la tendencia de representación con respecto al total de granjas que se han ido implantando en Castilla y León desde 2014. Y es que, de las 389 explotaciones porcinas establecidas en los últimos ocho años en la Comunidad, un total de 106, el 27,25 por ciento, fueron macrogranjas.
Así lo dio a conocer la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural con los datos facilitados en respuesta a la pregunta de la exprocuradora de Podemos por Burgos, Laura Domínguez, y que aparecen en el Boletín Oficial de las Cortes de 10 de diciembre de 2021.
Por provincias, la que agrupa un mayor número de explotaciones porcinas de más de 2.000 animales instaladas en los dos últimos años es Soria, con un total de ocho, lo que supone el 30 por ciento del total. A continuación se sitúa Valladolid, con cinco nuevas macrogranjas desde el 1 de enero de 2020, y Ávila, Burgos, Salamanca y Zamora, que cuentan con tres instalaciones más de este tipo cada una.
Por su parte, Segovia solo ha visto la puesta en marcha de una nueva de estas explotaciones, mientras que en León y Palencia no se produjo ninguna nueva instalación de granjas de más de 2.000 cabezas de porcino en toda la pandemia.
Desde el año 2014, según los datos facilitados por la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural a los que ha tenido acceso Ical, y en los que se entiende por macrogranjas las explotaciones ganaderas porcinas activas en el registro ganadero (REGA) con un censo total superior a los 2.000 animales, el número de estas granjas que se han implantado en Castilla y León asciende a 106, con Soria encabezando la cantidad de nuevas macroexplotaciones con 33, casi un tercio del total.
Por detrás se sitúan Burgos, Zamora, Valladolid y Ávila. Todas estas provincias superan la decena de nuevas macrogranjas instaladas en los últimos ocho años, siendo la burgalesa, con 16, la que más explotaciones porcinas de más de 2.000 animales instaló, representando el 15 por ciento del total de la Comunidad. Zamora registró doce nuevas macroexplotaciones y Valladolid y Ávila once. Por debajo de la decena se encuentran Salamanca (nueve), Segovia (siete), León (seis) y Palencia (una), que en conjunto apenas superan el 20 por ciento de las nuevas macrogranjas de Castilla y León.
749 explotaciones de más de 2.000, 148 por encima de 5.000
Los datos también estipulan que el número de explotaciones porcinas con más de 2.000 cabezas en el conjunto de la Comunidad es de 749. Entre ellas, la amplia mayoría, cercana a dos tercios, se encuentran en las tres provincias del este de Castilla y León (Burgos, Segovia y Soria), ya que agrupan 428 de las macrogranjas existentes, el 57,14 por ciento.
De la misma forma, estas tres provincias contienen el 57,43 por ciento de las explotaciones porcinas que cuentan con un número superior a los 5.000 animales, al congregar 85 de las 148 macrogranjas existentes con una cifra de cabezas superior a los cinco millares en Castilla y León.
Del resto de provincias, Salamanca y Valladolid también presentan un número importante de las explotaciones consideradas como macrogranjas, al integrar 74 y 81, respectivamente, entre las de más de 2.000 cabezas, y 17 y 15 de las de 5.000, con lo ambas provincias representan, por separado, alrededor de un 10 por ciento de las macrogranjas existentes, más de un 20 por ciento en conjunto.
El número de explotaciones restantes, superior al 20 por ciento del total, se reparten entre Ávila, donde se ubican 47 macrogranjas por encima de las 2.000 cabezas porcinas y 16 de más de 5.000; León, con 18 explotaciones de más de 2.000 animales y apenas tres con más de 5.000; Palencia, donde existen 15 macrogranjas de más de 2.000 animales y cinco de más de 5.000; y Zamora, que cuenta con 86 explotaciones de más de 2.000 animales, de las que siete cuentan con más de 5.000 cabezas de ganado porcino.
Tienes que iniciar sesión para ver los comentarios