El año 2020, recordado por todos como el año del impacto de la pandemia, hizo que el colectivo de mayores fuera especialmente sensible a las consecuencias de la enfermedad del Covid19, un virus no sólo letal, sino también símbolo de aislamiento, soledad, deterioro cognitivo, pérdida de calidad de vida y miedo.
En los seis centros residenciales de Cáritas Diocesana de Zamora se trabajó para reducir los efectos del aislamiento y, casi año y medio después, con entrega, esfuerzo, compañerismo y fe, las residencias van recuperando su actividad normal.
PROGRAMA DE MAYORES
Cáritas Diocesana de Zamora, organismo oficial de la Iglesia de Zamora para la labor caritativa y social, atiende cada año a más de 500 mayores a través de la gestión de seis residencias de ancianos repartidas por diferentes puntos de la diócesis de Zamora, y más en concreto, en las localidades de Fermoselle donde se sitúan dos centros, “Conchita Regojo” y “D. Antonio y Dña. Esther”, en Alcañices donde está la residencia “Virgen de la Salud”, en Villarrín de Campos “Matías Alonso”, en Carbajales de Alba “Virgen de Árboles” y en Toro “San Agustín”.
Las residencias de Cáritas ofrecen atención y cuidados permanentes de forma integral a las personas mayores, potenciando todos los aspectos que configuran la vida de los mayores.
Se cuida a las personas y se ayuda a mejorar su calidad de vida, acompañando y promocionando su autonomía personal, estimulando su salud mental, física, afectiva y espiritual, potenciando la animación, incentivando su motivación y participación, desarrollando su tiempo de ocio mediante actividades que les permitan crecer como personas. Sentirse parte activa de la realidad en que viven, siempre respetando a la persona y ofreciéndole un trato personalizado, afectuoso, digno y respetuoso con su intimidad, identidad y valores.
El objetivo principal es ofrecer una atención integral centrada en la persona, atendiendo a sus valores, identidad, biografía y expectativas, buscando una integración plena en la comunidad, y siempre teniendo en cuenta el respeto pleno a su dignidad, siendo la familia un apoyo fundamental en ese cuidado y atención.
En las residencias de Cáritas Diocesana de Zamora se potencia una intervención individualizada para cada residente y desde todas las áreas de trabajo, buscando cuando sea posible, autonomía y participación, se incide en las relaciones con la familia y con otras personas de referencia y se intenta mejorar la calidad de vida de los usuarios, poniendo en marcha actividades y programas para su consecución.
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