El ladrillo misterioso: se cumplen 300 años del increíble hallazgo en una iglesia de Zamora

El Hallazgo Milagroso en la Parroquia de San Vicente que cumple 300 Años de Devoción

El ladrillo misterioso  se cumplen 300 años del increíble hallazgo en una iglesia de Zamora
El ladrillo misterioso se cumplen 300 años del increíble hallazgo en una iglesia de Zamora

El 12 de mayo de 1724, durante la demolición de una casa cercana a la parroquia de San Vicente, se descubrió de manera inesperada un pequeño ladrillo con una imagen del Ecce Homo modelada en su interior. El hallazgo fue acompañado por una agradable fragancia que emanaba del hueco, lo que atrajo la atención de los obreros. De inmediato, avisaron al párroco de San Vicente, quien acudió al lugar para certificar el descubrimiento y dar su parecer sobre el milagroso evento.

En aquel entonces, don Manuel de Novoa, autor de la conocida Historia de Numancia, era el párroco de San Vicente. Se presentó en el lugar y llamó a un notario público para que levantase testimonio de lo ocurrido. Posteriormente, trasladó el ladrillo a la parroquia, donde fue expuesto a la veneración pública. Al año siguiente, el obispo José Gabriel Zapata (1720-1727) concedió indulgencias a los fieles que rezaran un credo ante la sagrada efigie. Fray Juan de San Antonio, conocido franciscano y cronista, pronunció un solemne sermón en el que relató el hallazgo y mencionó otros ladrillos históricos.

Hoy, 300 años después de aquel milagroso descubrimiento, la parroquia celebra este aniversario con una exposición pública del ladrillo el próximo miércoles 12 de junio.

Detalles Técnicos del Ladrillo

El ladrillo es una pieza de terracota vidriada, de formato cuadrado, que mide aproximadamente nueve centímetros de alto por ocho de ancho. Está enmarcado por un borde azul y blanco, mayormente perdido, pero aún visible en la parte superior y derecha. La esquina inferior izquierda, ya ausente en el momento del hallazgo, fue completada con otro mortero. El obispo de Zamora, don Jacinto de Arana y Cuesta (1728-1739), confirmó en sus escritos que el ladrillo medía entre cinco y seis dedos de alto y estaba quebrado en una esquina.

La figura del Ecce Homo representa a Jesús de cintura para arriba, con el torso desnudo, brazos doblados sobre el abdomen y muñecas atadas por una cuerda que simboliza su condición de prisionero. Una cuerda pende de su cuello y una caña reposa sobre su hombro izquierdo. Jesús lleva una corona de espinas y su rostro muestra una profunda melancolía, típica representación del "varón de dolores" popular en la Edad Moderna.

El ladrillo se guarda en un sencillo relicario de plata de casi treinta centímetros de altura, decorado con motivos vegetales y florales. Debajo de la reliquia hay un ángel y sobre ella una cruz que corona el conjunto. El marco tiene una inscripción que reza: «el ilvstrissimo s. dn josephe gabriel zapata, obispo de zamora, concedió 40 días de indvlgencia a todas las personas que por cada bez que rezasen un credo. año 1725».

Relato del Notario de la Audiencia Episcopal

El notario Phelipe Aliende Carbajal documentó el hallazgo:

«El 12 de junio de 1724, a las nueve de la mañana, se halló un ladrillo con una imagen de un Ecce Homo durante la demolición de unas casas en Zamora. La imagen, ahora venerada en la parroquia de San Vicente, fue encontrada en un dormitorio a media vara de profundidad. El obrero que la descubrió notó una fragancia admirable y llevó el ladrillo a don Manuel Novoa, párroco de San Vicente. El obispo Joseph Zapata concedió cuarenta días de indulgencia a quienes rezasen un credo de rodillas ante la imagen, rogando por la fe, paz y concordia entre príncipes cristianos y la extirpación de herejías».

Este relato y otros documentos históricos se encuentran en el archivo del notario y son testimonio de un evento que ha marcado la historia de la parroquia y la devoción de sus fieles.

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