Lluis Bassat ofrece 100 obras de su colección para el futuro Museo Baltasar Lobo
El publicista, presidente del jurado de la Marca Zamora, hizo este ofrecimiento para relanzar una ciudad que le ha enamorado
El conocido publicista barcelonés Lluís Bassat, propuso hoy mostrar un centenar de obras pictóricas y escultóricas de su colección en “un museo de arte contemporáneo”, en la capital zamorana. “El Museo Lobo podría convertirse en un centro de arte contemporáneo que albergara lo mejor del arte español desde la segunda mitad del siglo XX hasta ahora. Estoy convencido de que, en un buen edificio, se conseguiría que museos y fundaciones cedieran parte de su colección para que pueda ser expuesta aquí”, señaló.
“Yo estoy dispuesto a dar el primer paso y ofrezco a la ciudad una exposición con un centenar de piezas, de pinturas o de esculturas o de las dos cosas, de nuestra colección para que pueda mostrarse aquí durante un año y cambiarlas por otras cien al cabo de este año. Y así, sucesivamente, tantos años como Zamora quiera”, recalcó.
El creativo catalán se mostró “encantado” de mantener “permanentemente” esas obras de su colección en un centro museístico zamorano. “Este museo podría ser motivo de orgullo para los zamoranos y también un foco de atracción para turistas de España y del mundo”, afirmó.
“Creo que eso es necesario para Zamora pero tampoco es suficiente. Zamora se ha de dar a conocer más y mejor. Y eso es fácil hacerlo cuando se tiene un gran producto. Eso no es imposible, a través de los medios de comunicación convencionales y, sobre todo, a través de internet, donde se pueden poner, se pueden colgar cosas gratis, suficientemente buenas para que luego la gente se las vaya pasando y las vaya viendo todo el mundo”, añadió.
En este contexto, Lluís Bassat consideró que, “si Zamora es capaz de realizar una película realmente extraordinaria, se puede colgar en internet sin costo” y que, “si es realmente extraordinaria, la gente se la irá recomendando y, al final, la puede haber visto media España o España entera”.
Lluís Bassat hizo todas estas declaraciones en la iglesia de la Encarnación, en la capital zamorana, durante su intervención en la presentación del fallo de Concurso Internacional de la Marca Zamora, cuyo jurado presidió. “Hace dos años, mi fundación realizó una exposición de arte contemporáneo en el magnífico edificio de las Cortes de Castilla y León. Ahí conocí a Paco Somoza, que fue a verla, y me invitó a conocer Zamora. Vine con él, la recorrí con él y me enamoré de esta ciudad. Me pidió que aceptara ser miembro del jurado para escoger el logotipo y el eslogan de la ciudad y acepté encantado con una condición: que pudiera declararlo desierto”, explicó.
“Me daba miedo que no hubiera ningún trabajo lo suficientemente bueno como para premiar y yo no quería ligar mi nombre con un trabajo que no estuviera a la altura. Y me dijo: ningún problema, si no encontráis el trabajo adecuado, podéis perfectamente declararlo desierto”.
El jurado contó también con el diseñador gráfico Jacobo Pérez-Enciso y el diseñador y editor literario Joaquín Gallego. “Con estos dos extraordinarios compañeros de viaje, el trabajo de juzgar los 58 logos y sus correspondientes eslóganes ha sido un auténtico placer. Cuando recibí esos 58 logos, con sus desarrollos correspondientes, en el ordenador de mi casa, donde yo estaba encerrado por la pandemia, los estudié muy, muy detenidamente”, expuso.
“Pasé un día entero, más de nueve horas, viendo uno por uno y apuntando cosas de cada uno de ellos. Mientras iban apareciendo en el ordenador, yo iba apuntando en una libreta y tengo un montón de hojas en las que, incluso, hay dibujos de los logos correspondientes para saber a qué logo me refería en cada caso. Enseguida, vi uno que destacó por encima de todos los demás por su eslogan, cortísimo y absolutamente adecuado para Zamora y, por su gráfica, que se complemente perfectamente con ese concepto”, relató, en alusión al trabajo presentado por Ramón Abril Aparicio, de la agencia vallisoletana Erre que Erre Comunicación, con el eslogan ‘Zamora enamora’.
“Yo he visto muy pocas ciudades del mundo; quizá, ninguna otra de 60.000 habitantes, tan hermosa y con tanto patrimonio artístico y cultural. Si a esto añadimos que la gastronomía es exquisita y que la gente te sonríe por la calle, que está colocada en un paisaje extraordinario junto al Duero, uno de los ríos más importantes de España; que está a medio camino entre Oporto y Madrid y que ahora está a solo una hora y cuarto de Madrid en el AVE, realmente, ¿qué más se puede pedir de una ciudad?”, preguntó.
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