"Si te quedas con la mente dormida se te duerme todo". Así de claro es Pepe, quien lleva formando parte de la Universidad de la Experiencia ya durante ocho años y este lunes afrontaba el inicio de un nuevo curso. Ante él, una motivación fundamental: aprender. Seguir aprendiendo siempre y demostrar, a sus recién cumplidos 70 años, que el conocimiento y el aprendizaje no tienen edad. En lucha contra el tiempo y contra una sociedad que, en muchas ocasiones, olvida el inconmensurable valor de la experiencia, Pepe quiere seguir formándose, a pesar de haber cursado hasta Maestría Industrial de Electricidad, y seguir aprendiendo con el fin de "tener la mente despierta".
Este lunes arrancaba el nuevo curso de la Universidad de la Experiencia y muchas son las historias, las vivencias y los recuerdos que cada uno de los alumnos y alumnas se ha granjeado durante sus vidas. Muchas y muy diferentes. Pero si algo en común tienen todos y cada uno de los alumnos que forman y han formado parte de esta iniciativa es un insaciable hambre por aprender cosas nuevas, y en muy diversos ámbitos. "Yo llevo once años ya en esto y he pasado por todos los caminos de conocimiento que se puede y alguna opción ya la he repetido", afirmaba Antonia, una muestra más que clara y ejemplarizante de que el saber no tiene edad y que nunca es tarde para aprender cosas nuevas.
Además, no es una cuestión solo formativa o de conocimientos, sino que todo lo que engloba la Universidad de la Experiencia es mucho más amplio que un simple aprendizaje. Para muchos, es el pretexto para salir de casa, para socializar o para luchar contra una soledad no deseada que en esta sociedad muchas personas mayores sufren, apartadas y olvidadas. "Nos gusta la forma de estar aquí, las relaciones con otras amigas, el ambiente", explica Antonia a Zamora24horas, también junto a Patrocinio, que además es la más mayor en unas clases de gimnasia que también se ofertan y permiten que los alumnos y alumnas de la Universidad de la Experiencia no solo mantengan despierta la mente, sino también el cuerpo.
Antonia, Patrocinio o Pepe son claros ejemplos de lo que este último afirmaba, que "si te quedas con la mente dormida se te duerme todo", con una lucha constante por mantener viva la llama del saber y el ansia de conocimiento. En el caso de Antonia, explica que su principal motivación para subirse a este barco fue "el salir de casa, el no quedarte en casa viendo la tele, aprender lo que pueda, coger el camino que quiera y bueno también hacemos excursiones y muchos vínculos sociales".
En este sentido, Pepe, que formó parte de la Junta Directiva y tuvo que dejarlo por cuestiones personales, asegura que le gusta mantenerse activo y por ello busca otras actividades anejas a la formativa como puede ser el coro o el teatro. "Hay muchas actividades extra para estar siempre haciendo cosas, y se conoce a mucha gente", afirma. Sea cual sea la actividad que afronten cada una de estas personas, lo que está claro es que no solo el saber no ocupa lugar, sino que también es impermeable a la mordaz caricia del paso del tiempo, así como las ganas de sentirse motivados y parte activa de una sociedad que, muchas veces, olvida el verdadero valor de la experiencia y tiende a sumir en el olvido que aún tienen mucho que aportar.
Tienes que iniciar sesión para ver los comentarios