El desfile del Entierro de la Sardina ha congregado a algo más de medio centenar de personas, vestidas de riguroso negro, para despedir el Carnaval y darle la bienvenida a la Cuaresma. Se marcha la alegría y llega la introspección, un hecho que Capitonis Durii ha interpretado a través de una representación cercana a lo teatral que ha ido marcando el recorrido de los presentes de una forma cercana a lo tétrico.

Los gritos de Doña Cuaresma han ido alertando a los presentes del fin de la época de los disfraces y de la etapa de comer carne, mientras sus acompañantes, caracterizados para la ocasión, acompañaban sus voces con miradas furibundas y gestos exentos de simpatía.

La comitiva ha recorrido el espacio que separa La Marina de la Plaza Mayor ante la presencia de numeroso público que, atráido por el espectáculo, ha desafiado al frío para ver 'in situ' cómo se producía el relevo en el calendario y daba comienzo un nuevo periodo tras el clásico Entierro de la Sardina.

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