El Gobierno acaba de anunciar una próxima rebaja del precio de la energía, pero para la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) estos descensos son insuficientes, bien porque se trata de cuantías muy reducidas, como sucede con la electricidad, bien porque afectan a pocos clientes, en el gas.

En el caso de la electricidad, la rebaja anunciada afecta a las tarifas de acceso y es del 0,7%. La tarifa de acceso (o peajes) es la parte regulada de las tarifas que fija el gobierno para cubrir los diferentes gastos del sistema, que se pagan independientemente de cuál sea nuestra compañía o tarifa. Una parte importante del precio del kWh o del término fijo que pagamos por la electricidad lo constituyen esas tarifas de acceso.

En general apenas se dejará sentir: para un hogar medio (4,6 kW de potencia y 3500 kWh de consumo) esto supondrá una rebaja de solo 2,92 euros al año (es decir, un 0,4%). Sumadas todas las rebajas de las tarifas de acceso que se han producido en 2015 se acumula un descenso del 2,8% equivalente a unos 12 euros anuales.

No obstante los clientes con tarifa regulada (PVPC) no necesariamente verán reflejada esta rebaja en su factura, pues el precio final de su electricidad dependerá de la evolución que el término energía (que se decide cada día) tenga a lo largo del próximo año.

En el caso del gas, lo que bajan no son las tarifas de acceso, sino la tarifa regulada de gas (TUR), que sigue fijando el gobierno. El argumento dado es que lo hace como consecuencia de las continuas bajadas de precios del petróleo.

Para estos clientes la bajada será del 3%, lo que OCU estima que sería un ahorro anual de 19 euros al año. El problema es que esta tarifa regulada afecta sólo a uno de cada cuatro clientes de gas. Para el resto deberán revisar si su tarifa sigue siendo competitiva ya que esta rebaja de la tarifa regulada no se traslada automáticamente al resto de clientes.

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