Una madre zamorana denuncia un la falta de atención sanitaria a su hijo con TEA: "Un año de negligencias, contradicciones y abandono"

La familia de un menor con trastorno del espectro autista (TEA) ha hecho pública una denuncia en la que asegura haber sufrido un año de demoras, contradicciones médicas y falta de tratamiento adecuado

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GALERÍA | El centro de Zamora se tiñe de naranja para visibilizar el TDAH | Alejandro Sardón

La familia de Gabriel, un menor diagnosticado con TEA, ha hecho pública en Facebook su queja por la atención recibida en el sistema sanitario durante el último año. Según denuncian, el niño arrastra desde hace doce meses una lesión en el cuello que le provoca dolor, desviación cervical y un bulto visible, sin que —afirman— se haya ofrecido una respuesta sanitaria eficaz.

El caso comenzó en noviembre del pasado año y, según la familia, desde entonces se han sucedido distintos diagnósticos, tratamientos y criterios médicos, sin avances significativos. Denuncian también retrasos en pruebas, negativas a realizar derivaciones y dificultades para acceder a rehabilitación, pese a la insistencia de los cuidadores del menor.

La familia sostiene que tras presentar una reclamación formal aparecieron recursos que previamente se les habían negado, entre ellos la atención de una fisioterapeuta. También aseguran que uno de los tratamientos recomendados, la aplicación de toxina botulínica, fue pospuesto durante meses. Cuando finalmente se administró en mayo y obtuvo resultados positivos, la familia afirma que se les trasladó que se realizó “como un favor”.

En agosto, cuando correspondía la segunda dosis, la especialista responsable estaba de baja. Según la denuncia familiar, no se ofreció alternativa. Tras ser derivados a Madrid, los profesionales de la capital concluyeron que el tratamiento debía continuarse en Zamora, lo que, según la familia, supuso “tiempo perdido y un retroceso” en la evolución del menor.

A la vuelta de la especialista, la familia asegura que se les comunicó la suspensión de la toxina, la retirada de la fisioterapia hospitalaria y la recomendación de continuar la rehabilitación en casa, decisiones que consideran perjudiciales para el avance del menor, que continúa con dolor y con la lesión visible.

En su comunicado, los familiares expresan su agotamiento e indignación por la situación, especialmente tratándose de un niño con necesidades especiales. “No pedimos privilegios —afirman—. Pedimos dignidad, humanidad y un tratamiento adecuado para nuestro hijo”.

La familia ha decidido hacer público el caso con el objetivo, dicen, de “evitar que otras personas pasen por situaciones similares” y piden apoyo para visibilizar lo que consideran una injusticia.

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