La magia del cielo en agosto: las fechas clave para ver las perseidas o ‘Lágrimas de San Lorenzo’ este 2025
Todo lo que debes saber y qué hacer para verlas
La lluvia de las perseidas es una lluvia de meteoros (comúnmente llamados "estrellas fugaces") que sucede todos los años hacia el 12 de agosto. Las perseidas también reciben el nombre popular de "lágrimas de San Lorenzo" por la proximidad del máximo de la lluvia de meteoros al 10 de agosto, día de la festividad del mártir español del mismo nombre.
Las perseidas son visibles desde todo el hemisferio norte en pleno verano. Las velocidades de estos meteoros pueden superar los 50 km/s y su tasa de actividad puede llegar a los 200 meteoros por hora. Aunque su máxima actividad tiene lugar en las noches del 11 al 13 de agosto, las perseidas comienzan a verse hacia el 17 de julio y terminan hacia el 24 de agosto. Su alta actividad, junto con las condiciones atmosféricas favorables para la observación durante el verano boreal, hacen de las perseidas la lluvia de meteoros más popular y más fácilmente observable del año.
Para observadores a nuestras latitudes (40º norte), el radiante de las perseidas se sitúa por encima del horizonte durante toda la noche.
¿Qué se espera en 2025?
En 2025 el máximo de las perseidas se producirá el 12 de agosto hacia las 22:00 horas de tiempo oficial peninsular. Por desgracia, la Luna acabará de pasar su fase llena, por lo que estará muy iluminada. Los mejores momentos para observar serán justo después del ocaso, antes de que salga la Luna o mientras esté muy baja en el cielo.
Esta lluvia suele presentar picos de actividad fuera del máximo, por lo que en las noches en torno a esta fecha podría apreciarse un buen número de meteoros, particularmente antes del orto lunar.
¿Por qué suceden?
Los cometas, según describen sus órbitas alrededor del Sol, van arrojando al espacio un reguero de gases, polvo y escombros (materiales rocosos) que permanecen en una órbita muy similar a la del cometa progenitor.
Cada cometa forma un anillo con numerosos fragmentos cometarios. Cuando la Tierra, en su movimiento en torno al Sol, encuentra uno de estos anillos, algunos fragmentos (meteoroides) son atrapados por su campo gravitatorio y caen a gran velocidad a través de la atmósfera, formando una lluvia de meteoros. La fricción con los gases atmosféricos calcina y vaporiza los meteoros, que aparecen brillantes durante una fracción de segundo, formando lo que popularmente llamamos estrellas fugaces.
La altura a la que un meteoro se hace brillante suele estar en torno a los 100 km. Los meteoroides menores a 1 kg se calcinan completamente, pero los mayores y más densos pueden formar meteoritos: restos calcinados que caen al suelo.
Cada año a principios de agosto, nuestro planeta cruza la órbita del cometa 109P/Swift-Tuttle, con un período de 133 años, que pasó cerca del Sol por última vez en 1992. Esta órbita está llena de partículas pequeñas (como granos de arena) liberadas en pasos anteriores. Cuando una de estas partículas entra en la atmósfera terrestre a gran velocidad, la fricción la calienta hasta vaporizarla.
El radiante de las perseidas se encuentra en la constelación de Perseo, lo que da nombre a la lluvia.
¿Qué hacer para ver las perseidas?
El lugar de observación debe ser oscuro, con pocos obstáculos y sin usar instrumentos ópticos que limiten el campo de visión. Aunque las perseidas parecen venir de Perseo, se pueden ver en todo el cielo. Conviene mirar hacia las zonas más oscuras, en dirección opuesta a la Luna. Lo mejor es tumbarse y acostumbrar la vista a la oscuridad.
El número de meteoros visibles por hora varía. En un cielo oscuro con el radiante alto puede superar el centenar, aunque la cantidad depende de la densidad de fragmentos en la estela del cometa y puede cambiar rápidamente. Las predicciones son inciertas y difíciles de precisar.
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