Dos meses para una de esas pruebas que más perseverancia, esfuerzo y organización requieren. Dos meses para demostrar que todas esas horas de estudio han merecido la pena. Dos meses para poner la primera piedra hacia un futuro en la educación púbica de la comunidad. Ana Lorenzo (1997, Zamora) es una de aquellas opositoras que buscarán conseguir una de las 1.390 plazas que la Junta de Castilla y León, a través de la Mesa Sectorial de Educación, ha convocado para el 17 de junio.
El volumen de los temas, la rutina de trabajo y la metodología a llevar a cabo es importante para gestionar el estudio de una oposición, donde cada uno tiene su método de organización: “Yo empecé a prepararme en una academia; al ser mi primer año, necesitaba un apoyo que me dijera por dónde ir y cómo organizarme. Una vez te has puesto delante de los temas, empiezas a prepararlo y a hacer tus esquemas”, recalca Ana, cuyo examen también constará, más adelante, de otra prueba: “Después, tenemos la presentación de una unidad didáctica, la parte práctica, que se empieza a preparar desde el principio y con el enfoque tú quieras”, explica.
Un examen donde se sacan cinco bolas, con cinco temas, y en el que tienes que desarrollar uno de ellos. Mucha materia que ya encara su recta final de ‘hincar los codos’: “A partir de ahora, que ya sabes la fecha, empiezan más los nervios y ya se preparan los calendarios para saber cuántos días me quedan para estudiar o para repasar tantos temas”, señala.
Las horas diarias que se le dedican a esta prueba, que para Ana son alrededor de siete, dividiéndose en cuatro por la mañana y tres por la tarde, también suponen trabajar el aspecto psicológico, muy exigente para nuestro cerebro: “A mí me ayuda mucho llevar un calendario específico de cada día. Tienes que cuidar los objetivos que están puestos desde el principio sin frustrarte mucho, que, si no llegas, no pasa nada; ya llegarás el día siguiente”, expresa.
En su caso, su predilección es la Educación Secundaria: “Voy por la especialidad de Lengua Castellana y Literatura. Estudié Filología Hispánica e hice el máster especializado en esto”, destaca de un área que ya ha podido ejercer y compaginar con la oposición a través de las clases particulares: “He dado clases particulares a niños de 1º y 2º de la ESO, pero es complicado compaginar un estudio con un trabajo, porque no tienes la posibilidad de dedicar tantas horas ni una cosa ni a la otra”, comenta.
Un sueño que persiguen miles de personas y donde la vocación juega un papel fundamental: “La docencia es algo muy vocacional. Este proceso es duro y hay que tener mucha paciencia, pero creo que al final todos los frutos tendrán su recompensa”, subraya Ana, que se enfrentará a su primer examen de oposición el próximo 17 de junio.
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