Laura, directora del centro Oceanic, buscaba en calidad de madre un sitio donde los usuarios de su centro pudieran disfrutar con su hijo de la primer contacto acuático extrauterino después del parto. Una experiencia estimulante para el bebé que requería un recinto de ambiente acogedor y no demasiado grande. 

Por ello, desde el centro ubicado en el Camino de la Lobata dieron forma a una piscina climatizada de dimensiones reducidas de cuatro por ocho metros para trabajar y disfrutar en “petit comité” con una atención personalizada. Sin embargo, la principal diferencia del espacio frente a otras piscinas no reside en su tamaño sino en su agua, salada. Una condición que le otorga una mayor flotabilidad a los más pequeños para que disfruten del medio acuático transmitiéndole relajación, reforzando su autoconfianza y explorando su propio cuerpo. 

Oceanic ofrece esta actividad de matronatación para los bebés de entre tres y doce meses, edad idónea para ese primer contacto con un medio aún desconocido: “a través del juego trabajamos el desarrollo motor del pequeño y su empatía con el adulto que le acompañe”, relata la directora.

Asimismo, el centro amplía el rango de edad con 'Aquapeques', programa orientado a niños de entre 1 y 6 años con quienes se trabaja su atonomía en el medio empezando con la técnica, según explica Ana, una de las monitoras y socorristas encargadas. Además, aquellos que lo deseen pueden continuar en los cursos de natación más avanzados dirigidos a niños de entre 6 y 9 años donde aprenden los diferentes estilos y brazadas. "Si vemos que la piscina ya se les queda pequeña, les derivamos a las piscinas grandes de la capital que son complementarias a la nuestra una vez que quitan el pánico al agua", concluye la responsable.

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