Las estadísticas oficiales del Ministerio de Educación muestran que uno de cada tres alumnos repite curso antes de acabar Secundaria. Son veinte puntos porcentuales más que la media de los países desarrollados y sólo por delante de Bélgica, Luxemburgo y Portugal. En cambio, en los países escandinavos apenas el 5% de alumnos repite curso.
Un estudio de la Fundación Ramón Areces ha analizado la efectividad de la repetición en la mejora del rendimiento educativo. Para ello se han basado en los datos que ofrecen puntualmente el Ministerio de Educación y los resultados de los programas PIRLS y PISA, que incluyen información sobre el rendimiento académico. Su conclusión es que los alumnos repetidores muestran ya peores resultados académicos que el resto en la etapa de Primaria, y la brecha entre ambos grupos se incrementa sustancialmente al final de Secundaria.
Según este informe, “se observa un porcentaje mayor de repetidores entre estudiantes que viven en familias monoparentales, hogares de bajo nivel socioeconómico e inmigrantes de primera y segunda generación, grupos todos ellos asociados a niveles más elevados de riesgo de fracaso escolar”.
Y añade que “la repetición de curso es una práctica pedagógica ineficaz en términos de alcanzar los objetivos que se propone. Es más la evidencia sugiere que en el corto plazo podría tener efectos negativos en el rendimiento académico, afectando de manera heterogénea a los alumnos”.
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