"La abdicación se venía preparando desde hace algunos meses en secreto, y se ha planteado como un proceso exprés para que su sucesor dinástico, pueda asumir la jefatura del Estado y ser coronado. Todo el proceso se ha planteado como un cambio acelerado en la Corona (con trámite de urgencia parlamentario incluido) sin que se haya permitido debate ciudadano alguno. Todos y cada uno de los pasos se han venido diseñando en secreto desde hace algunos meses, y el proceso se plantea como un pacto en los despachos y a puerta cerrada, a espaldas de los y las ciudadanas. Un pacto que incluye el aforamiento perpetuo del Juan Carlos.
No entendemos que en pleno Siglo XXI se prive a la ciudadanía del poder de decisión de un elemento tan importante para la configuración de un país como es su Jefatura de Estado, y el relevo se plantee en forma de secuestro democrático de la decisión popular.
El único y verdadero heredero de la Jefatura del Estado ha de ser el pueblo y no se le da la palabra. No seremos cómplices del hurto que se realiza. La legitimidad se gana en las urnas y la monarquía carece de legitimidad de origen; al constituirse forzada en la transición, y cuya legitimidad de ejercicio se ha visto empañada por la corrupción, la opacidad y la obstrucción a la Justicia.
Es responsabilidad de todos y todas definir y trabajar por una democracia plena, que permita someter a debate y a sufragio los elementos más esenciales del sistema de gobierno.
Los ciudadanos tenemos derecho a elegir al Jefe del Estado y avanzar hacia un proceso constituyente que garantice los derechos sociales como el trabajo, la vivienda, la salud, la educación y cultura, y la igualdad y dignidad en todos los aspectos de la vida. Una república que garantice la mayor participación de la ciudadanía, el derecho a decidir y el control democrático de la economía.
Queremos una república para un nuevo proyecto de país. Y todo ello debe empezar por un principio radicalmente democrático, que es el de consultar al pueblo. Por ello exigimos un referendum, que se contempla incluido en el artículo 92 de la Constitución y que ni el PP ni el PSOE quieren. Un referendum que muestre la voluntad del pueblo a decidir.
La negación a que las convicciones republicanas puedan expresarse en un referéndum, encierra la intención de ocultar la realidad de que la propuesta republicana aparece como una salida ilusionante que ampare y profundice los derechos de sus ciudadanos a una vida digna.
Nosotros ni participamos de la proclamación de Felipe VI por coherencia con la defensa del referéndum y por nuestra exigencia de una democracia real en la elección de todos los cargos del Estado.
Nosotros continuaremos trabajando para conseguir la celebración de un referéndum para que sea el pueblo quien decida la forma de Estado con la que quiere gobernarse.
Nosotros seguiremos defendiendo los principios y valores republicanos, avanzando hacia un proceso constituyente en una democracia plena que sea garante del cumplimiento de los derechos recogidos en la Declaración Universal de Derechos Humanos como derechos fundamentales de ciudadanía".
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