El profesor de instituto y portavoz municipal del PSOE en el Ayuntamiento de Zamora, Manuel Fuentes, es uno de los profesionales que han dedicado parte de su tiempo libre durante los últimos meses a impartir clases a personas desempleadas, que quieren sacarse el título de graduadas en Enseñanza Secundaria Obligatoria o aprobar las pruebas de acceso a los ciclos formativos de grado medio.

¿Cómo surgió la iniciativa?

Partió de varios compañeros y varios parados de la Unión General de Trabajadores y de las Comisiones Obreras que querían que diéramos clase en el sindicato y que pidieron que algunos profesionales nos decidiéramos a dedicar parte de nuestro tiempo libre a ayudarles a mejorar su formación. La iniciativa se le presentó a los secretarios de CCOO y UGT y, enseguida, los dos dijeron que encantados de la vida. “Tenemos que hacer un hueco y venís a dar clase adonde queráis, como hay gente de los dos sindicatos, o bien a UGT o bien a CCOO”. Yo me empeñé en dar clase en mi casa, que es la UGT, y otros compañeros lo hacen en CCOO. Yo creo que los dos secretarios generales han hecho una buena labor y los alumnos nos exigen que para el próximo año, que tendremos más tiempo y como muchos suspenderán, a ver si en junio del próximo año somos capaces de que aprueben, por lo menos, la mitad, que yo creo que sí.

¿Cuál es su materia?

Yo doy clase de Ciencias en el Instituto González Allende de Toro pero, al final, como me ha tocado estar en diferentes escuelas rurales, los que nos sentimos maestros, que hemos estado en escuelas rurales, pues sabemos un poco de todo porque nos ha tocado dar todas las asignaturas.

¿Cuántas veces se han impartido este tipo de clases en los sindicatos?

Esto se ha hecho muchos años. En UGT, cuando yo era el responsable de la Unión General de Trabajadores de Zamora, teníamos una escuela de formación, compramos un edificio al lado de la UGT, encima de la jamonería actual, donde había un montón de actividad, muchos profesionales, muchos profesores… Estamos hablando de hace unos 20 años. Los sindicatos siempre han dinamizado lo que se denominaba desde hace muchísimos años las ‘casas del pueblo’ y creo que los sindicatos deben volver a esto.

¿Cuántos alumnos inscritos ha habido?

Somos cuatro profesores y tenemos más de 30 alumnos, que no van diariamente todos a clase, pero hay un grupo muy numeroso. Nosotros les dijimos que hay un centro de adultos y que allí también hacen este trabajo pero ellos lo que planteaban es que querían que se hiciera en los sindicatos porque algunos van al centro de adultos pero que en este centro llevan un ritmo que algunas de estas personas no pueden llevar.

¿Han puesto mucho interés los estudiantes?

Son poco aplicados. Tienen mucho interés pero son poco aplicados porque tienen muchos problemas. Hay un poco de todo pero el colectivo más importante son personas que, a lo mejor, llevan 30 años sin mirar un libro, para que todo el mundo nos entienda. Han estado en empresas, han estado siempre trabajando y se han encontrado, en la mayor parte de los casos, con que después de estar 25, 28 o 30 años en una empresa, la empresa ha cerrado y se han quedado sin su empleo. Y tenían un empleo, además, cualificado porque eran personas muy importantes en estas empresas, de los sectores de la construcción, de la fabricación de ladrillos y de elementos concretos para la construcción, del metal y algunos del sector de los servicios pero, generalmente, de trabajos duros, la gran mayoría. Y, claro, después de 30 años, algunos no quieren estudiar pero no les queda más remedio primero, porque tienen un montón de problemas en casa, muchas dificultades para llegar a final de mes y, claro, eso hace difícil que no se centren fácilmente. Encima, llevan mucho tiempo sin estudiar y esto tiene que ser un entrenamiento que tiene que hacerse poco a poco.

¿Qué nivel de aprobados calculan?

Este primer año, yo creo que la mayoría no van a aprobar porque hemos empezado tarde y les hacía mucha falta tener el tiempo necesario para poder ir estudiando poco a poco y hemos ido de una forma un poco acelerada. Yo he estado explicando aproximadamente dos temas diarios, bien de ciencias naturales o bien de matemáticas, les daba todas las fotocopias, que me hacían gratis en UGT o en CCOO, y les decía que si querían seguir el ritmo tenían que entrenar en casa, hacer los ejercicios. Les dábamos documentación sencilla para que pudieran dedicarle muchas horas. Y decía poco aplicados porque, cuando yo llegaba al día siguiente, la primera media hora era para dudas y siempre había alguna pero pocas porque habían dedicado poco tiempo en casa a estudiar. Y es verdad que para aprobar lo necesitan porque con las horas de clase no es suficiente. Yo les explicaba que nadie les va a regalar nada y, en no mucho tiempo, he podido darles menos de la mitad del temario y les decía que son cuatro cursos y ellos han visto que solamente los contenidos de primero de la ESO son muchísimos contenidos, aunque la gente diga lo contrario. Siempre he dicho a la gente y se lo he demostrado a ellos que las personas que controlen los libros solo de primero y segundo de la ESO tienen una cultura general tremendamente amplia. Hemos estado dando un nivel bajo, en general, pero ellos ven que tienen muchas dificultades para superar ese nivel y necesitan muchas horas y mucho entrenamiento, porque los muchachos jóvenes, que tienen costumbre aunque no estudian mucho, dedican cuatro años a sacar el graduado en ESO y eso son muchas horas de explicaciones y de estudio.

¿Significa esta iniciativa que los sindicatos tienden a regresar a su esencia?

Yo creo que ahora, con la crisis, somos más conscientes de las barbaridades que se han hecho en este país. En muchos elementos de nuestra sociedad, los sindicatos vuelven a las raíces, afortunadamente.

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