Nacieron en el seno del 15-M en 2011. A raíz del Movimiento y unidos por la indignación, un grupo de personas decidió formar la delegación zamorana de la PAH (Plataforma de Afectados por la Hipoteca), creada en origen dos años antes en Barcelona para reivindicar el derecho a la vivienda. 

Se definen como un movimiento político apartidista solidario y está formado por activistas, entre los que se encuentran un abogado, una psicóloga y un asesor financiero. Ante la ausencia de una sede fija, han ido rotando de sede cual nómadas por los locales que le han ido dejando hasta el lugar de encuentro actual, situado en la calle Libertad número 4 (entreplanta), y cedido por la CGT. Allí se reúnen de todos los martes a las 19:30 horas para celebrar su asamblea semanal. 

Una joven pareja con una hija pequeña fue la primera familia en solicitar su ayuda. Tras ellos, 134 casos más en apenas cinco años. ¿El perfil de los afectados? “No hay perfil”, responde Mena Martins, una de las portavoces de la plataforma. “Es gente que se ha quedado en el paro, no hay una edad determinada, hay gente joven, mayor… y, en la actualidad, atendemos muchos casos de gente de los pueblos”. Martins atribuye este aumento de casos de ámbito rural a diferentes factores, como la disminución de ayudas en materia de política agraria, pero sobre todo al “estigma”: “La gente aún tiene vergüenza por dar la cara y pelear por su casa en medio de la calle”, lamenta. 

En este sentido, desde la PAH recuerdan que de los 135 casos atendidos, 45 han sido solucionados, de los cuales 19 se resolvieron por daciones en pago, 11 condonaciones de deuda, 3 se saldaron una moratoria de duda, 2 con pago de préstamos por venta de vivienda, 3 alquileres sociales, 1 casa de acogida y 6 paralizaciones de desahucio; a los que habría que sumar nueve casos aún pendientes. 

¿Su metodología? Las familias contactan con la plataforma, explican su situación y entregan la documentación requerida. Cuando las circunstancias así lo requieren, pasan a la acción por medio de la desobediencia civil y la resistencia pacífica. “Nos sentamos en los bancos y de este modo ejercemos presión, cuantos más seamos, y mayor sea la repercusión, mejor”, enfatiza Martins, quien deplora que el movimiento parezca que haya caído en el olvido. “Parece que ha pasado de moda, en muchas ocasiones los medios de comunicación no se hacen eco y el Gobierno también nos intentó acallar con la ‘Ley Mordaza’ estableciendo multas por ocupar un banco cuyo importe puede alcanzar los 30.000€”, denuncia. “Sin embargo”, prosigue, “hay personas que ya no tienen nada que perder y les da igual hacer frente a la multa pero otras no pueden arriesgarse”. 

Celebran cada caso resuelto. Celebran que la gente pierda su casa a cambio de que se les perdone la deuda. “Es muy triste… lo que realmente se está perdiendo va más allá de hormigón y baldosas, están perdiendo su hogar con todo lo que han vivido allí dentro. Solemos pensar que todo esto ocurre a los demás pero con tanto desempleo, causa fundamental de los desahucios, le puede tocar a cualquiera. Una persona no deja de pagar la hipoteca porque se gasta el dinero en otra cosa sino porque no tiene dinero y llega un momento en el que tiene que escoger: o pagar o comer”.

EXPOSICIÓN

Tras una semana de conferencias, proyecciones y varias actividades culturales, la PAH concluye la celebración de su primer lustro de vida con una muestra artística que reúne fotografías de estos cinco años así como óleos elaborados por el artista Carrizo cuyo coste oscila entre 8 y 12 euros. Asimismo, la plataforma pone a la venta diferente merchandising del movimiento para poder financiar las campañas con la recaudación obtenida. La muestra se alberga en el Centro de Interpretación de las Ciudades Medievales hasta este lunes 24 de octubre.

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