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​‘No tener casa mata’: Cáritas de Zamora se suma a la campaña de las Personas Sin Hogar

Se pretende destacar que la vivienda es un derecho humano, necesario para preservar la dignidad de todas las personas

¿Qué se entiende por 'sinhogarismo'?

Las circunstancias sobrevenidas a raíz de la pandemiamundial provocada por la COVID19 nos han resituado en un nuevo mapa históricoen el que emerge una sociedad mucho más frágil y vulnerable, poniendo a la luzla realidad de muchas personas sin hogar o de personas que viven eninfraviviendas, lugares poco salubres y dignos para una vida con ciertaseguridad y para quienes es una utopía poder adoptar las medidas de prevencióndecretadas por las Administraciones. Se necesitan recursos institucionales paralas personas que no pueden vivir de manera independiente.

Las personas en situación de sin hogar se han visto abocadasa incumplir la norma básica impuesta en nuestra sociedad tras el impacto de lacrisis sanitaria, el famoso lema “quédate en casa”.

La especial vulnerabilidad de este sector de la poblaciónhace que ahora se estén viviendo situaciones extremas, la enfermedad agrava lacarencia de bienes, y las medidas de prevención se convierten, a veces, engraves problemas de aislamiento.

Son ya 28 años los que Cáritas llevade campaña, sensibilizando sobre la dignidad y derechos de miles depersonas en situación de sin hogar, rostros que nos interpelan y nos debenmovilizar como sociedad.

La Casa de Acogida “Madre Bonifacia” de Cáritas Diocesana deZamora ha adaptado su funcionamiento para respetar todas las medidas impuestaspor las autoridades sanitarias y ha realizado un gran esfuerzo por que nadie sequede fuera. Se ha fomentado la ayuda a domicilio, la estancia larga en elcentro y otros apoyos sociales.

Durante la pandemia, Cáritas Diocesana de Zamora ha atendidoa 64 personas consiguiendo que el 50% de ellas normalice su situación, a travésdel acceso al mundo laboral o la gestión en la tramitación de prestacionesmínimas. El resto de estas personas continúa su estancia en el centro por nohaber conseguido unos mínimos para cubrir sus necesidades básicas de maneraautónoma o han acudido a otros recursos.

A día de hoy en la Casa de Acogida “Madre Bonifacia” viven19 personas de forma estable más las personas de paso y se realizanaproximadamente 50 menús diarios para llevar.

Con el fin del estado de alarma y la entrada de la ‘nuevanormalidad’ se vislumbra una reducción del número de personas en estasituación. Durante esta ‘nueva normalidad’ han acudido al centro tan solo un26% de personas con respecto al año pasado, ya que algunas han tomado ladecisión de establecerse en un lugar concreto de manera temporal debido a lasituación marcada por la pandemia. El número de plazas del centro se ha visto reducido,aunque mínimamente, ya que desde sanidad se requiere tener 3 plazas destinadasa posibles aislamientos por contagio.

La Casa de Acogida de Cáritas Diocesana de Zamora harecibido durante todo este tiempo numerosas muestras de cariño, cercanía ysolidaridad. Gracias a las asociaciones, grupos, empresas, particulares… quehan colaborado con donativos en especie o dinerarios.

Desde Cáritas se pide a la sociedad decir: ¡basta devulneraciones de derechos, de invisibilidad, de sufrimiento, de vivir en lacalle, de inseguridad, de agresiones, de no poder acceder a una vivienda… de notener hogar!

Aún queda mucho por hacer. Se estima que cerca de800.000 hogares y 2,1 millones de personas sufren situaciones de inseguridad enla vivienda (VIII Informe Foessa sobre Exclusión y Desarrollo Social enEspaña). Para apoyar a estas personas que sufren situaciones de precariedadextrema están los proyectos que se desarrollan desde las Cáritas diocesanas detodo el país, desde estos proyectos se ha acompañado a casi 40.000 personas ensituación de sin hogar.



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