Todo estaba listo en San Martín para el tradicional botellón de cada año en el parque zamorano, pero la desapacible noche de Jueves Santo no acompañó en la capital, que vivió unas horas marcadas por la lluvia y donde la juventud se refugiaba en los bares o disfrutando de la procesión de Jesús Yacente y su Miserere.
Por suerte, fue una noche tranquila para todas las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, que no tuvieron que realizar ninguna intervención en una jornada sin incidentes en Zamora.
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