La mayor parte del parque inmobiliario no es eficiente, lo que supone un gasto económico innecesario y un riesgo para nuestra salud. De hecho y según un informe del Centro Nacional de Energías Renovables (Cener) patrocinado por la Fundación la Casa que Ahorra (FLCQA), únicamente el 7% de las viviendas han sido construidas según el Código Técnico de la Edificación de 2006, primera norma en dar un salto sustancial en cuanto a los requerimientos mínimos de eficiencia energética a la nueva construcción.
Tras un invierno en el que la pobreza energética ha estado de actualidad, cuestión en la que la eficiencia energética de los hogares tiene una importancia crucial, la falta de un adecuado aislamiento puede provocar otros problemas más allá de los relacionados con las bajas temperaturas. Las humedades y los hongos, la calidad del aire interior, y el ruido son cuestiones que pueden perjudicar nuestra salud y bienestar además de afectar a nuestro bolsillo.