Un nuevo distintivo en las carreteras: llega la etiqueta roja de la DGT para coches autónomos
Un nuevo distintivo de la DGT: la etiqueta roja
Si ves un coche con una pegatina roja y redonda circulando por las carreteras españolas, tranquilo: no es una nueva norma anticontaminación. Se trata de la nueva etiqueta roja de la DGT, un distintivo creado para identificar los vehículos que participan en pruebas de conducción autónoma.
Hasta ahora, las etiquetas de la Dirección General de Tráfico servían para clasificar los vehículos según su impacto medioambiental —las conocidas B, C, ECO y Cero Emisiones—. Pero desde este otoño, puede que empieces a cruzarte con un nuevo color en la parte delantera o trasera de algunos coches, y esta vez no tiene nada que ver con la contaminación, sino con la tecnología.
¿Para qué sirve la etiqueta roja?
El objetivo es identificar de forma clara los vehículos de prueba de conducción autónoma, garantizando la seguridad, la trazabilidad y la supervisión de las pruebas en la vía pública.
Esta etiqueta, de color rojo intenso y forma circular, incluye varios elementos de control:
- Matrícula y número de autorización del vehículo.
- Código QR, que permite a las autoridades verificar en tiempo real que el coche está autorizado.
- Icono de conducción autónoma, para identificar visualmente el tipo de vehículo.
En resumen, la DGT busca que, con un solo vistazo, se pueda reconocer si un coche forma parte de un programa experimental o de pruebas de automatización.
¿Qué vehículos están obligados a llevarla?
La etiqueta roja no está destinada al público general. Solo la deben llevar los vehículos inscritos en el programa ES-AV (Evaluación de la Seguridad y Tecnología de Vehículos Automatizados), gestionado por la Dirección General de Tráfico.
Esto incluye:
- Vehículos autónomos o semiautónomos, con niveles de automatización del 2 al 5.
- Vehículos controlados a distancia, en los que un operador dirige el coche desde otro lugar.
- Prototipos o flotas piloto en fase de ensayo, prueba o desarrollo tecnológico.
La finalidad es crear un marco claro que diferencie a los vehículos experimentales del resto del tráfico y refuerce la seguridad vial y la transparencia tecnológica.
¿Cómo se consigue la etiqueta roja?
Su obtención no es libre ni abierta al público. Solo pueden solicitarla organizaciones autorizadas por la DGT —como fabricantes de automóviles, centros de investigación o empresas tecnológicas— a través de la Oficina de Fomento de Vehículos Automatizados (OFVA).
La solicitud requiere una autorización previa que certifique que el vehículo cumple las condiciones técnicas y de seguridad establecidas para la realización de pruebas en vías abiertas.
Un paso más hacia el futuro del transporte
Con esta medida, la DGT da un nuevo paso hacia la movilidad autónoma en España, incorporando un sistema que permite reconocer de forma rápida y segura los vehículos que experimentan con inteligencia artificial y conducción automatizada.
En definitiva, la etiqueta roja no mide emisiones, sino el grado de innovación. Es la señal de que el futuro —aunque con matrícula de prueba— ya circula entre nosotros.
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