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El obispo ordenará diáconos a dos seminaristas

El próximo domingo, 23 de septiembre, los seminaristas diocesanos Juan José Carbajo y Millán Núñez serán ordenados diáconos por el obispo de Zamora en la parroquia del Carmen de Renueva de Benavente, en una Misa que comenzará a las 19 horas.

Millán

El obispo de Zamora, Gregorio Martínez Sacristán, ordenará diáconos a dos jóvenes seminaristas de la Diócesis en el marco de la eucaristía que presidirá a las 19 horas en la iglesia parroquial de Santa María del Carmen de Renueva, en Benavente.

Juan José Carbajo Cobos, nacido en 1994, es natural de Villalube, y comenzará dentro de unos días 2º de Derecho Canónico en la Universidad Pontificia de Salamanca. El curso pasado ha realizado su formación pastoral en las parroquias benaventanas de Santa María la Mayor, San Juan del Mercado y San Isidro.

Millán Núñez Ossorio, nacido en 1993, es natural de Benavente, y va a cursar 2º de Licenciatura en Teología Dogmática en la Universidad Pontificia de Salamanca. El curso pasado ha realizado su formación pastoral en las parroquias de Moraleja del Vino, Villaralbo, Madridanos y Villalazán.

La celebración

El obispo diocesano conferirá el diaconado a Juan José y Millán en la eucaristía. Como sucesor de los apóstoles, monseñor Martínez Sacristán es el encargado de esta función, la del sacramento del orden. En su camino hacia el sacerdocio, que ambos seminaristas están realizando en el Seminario Mayor de Zamora (residiendo en el Teologado de Ávila, situado en Salamanca), constituye un momento fundamental.

Tras la proclamación del Evangelio, los candidatos serán presentados al obispo por el rector del Seminario, y después de su elección por parte del prelado y la homilía, tendrán que manifestar en público que están dispuestos a vivir lo que supone el ministerio diaconal. Tras el canto de las letanías, en las que se invoca a los santos, el obispo les impondrá las manos y pronunciará la plegaria de ordenación.

Diaconado: servir como Jesús

El orden sacerdotal es uno de los siete sacramentos de la Iglesia. El diácono es quien ha recibido el primer grado del orden sacerdotal y se ejercita en el ministerio del diaconado durante un tiempo antes de ser ordenado presbítero (aunque también existe el diaconado permanente, que pueden ejercer varones casados).

Según explica el Catecismo de la Iglesia Católica, “el Orden es el sacramento gracias al cual la misión confiada por Cristo a sus Apóstoles sigue siendo ejercida en la Iglesia hasta el fin de los tiempos: es, pues, el sacramento del ministerio apostólico. Comprende tres grados: el episcopado, el presbiterado y el diaconado”.

El diaconado es un ministerio de servicio asociado al ministerio del obispo. El diácono ejerciendo su ministerio se configura como servidor, asistiendo al obispo y a los sacerdotes en la predicación de la Palabra de Dios, en la distribución de la comunión y en las obras de caridad. Además reza la Liturgia de las Horas, por la que santifica la jornada, prestando su voz a la Iglesia que se une a Cristo y alaba al Padre.

Quien está ordenado diácono puede bautizar, presidir la celebración del matrimonio, celebrar las exequias, proclamar el Evangelio y predicar en la Eucaristía, distribuir la comunión y dar la bendición con el Santísimo Sacramento.

Comentarios
Anónimo Hace 5 años (21/09/2018 16:03)
Ante todo, vaya mi más sincera enhorabuena a los dos nuevos diáconos. Sin duda dos muchachos de un extraordinario talento y no pocas aptitudes que constituyen unos fichajes de magnífico valor para la Iglesia. Pero me gustaría que dentro de unos años, en esta noticia apareciese el nombre y la foto de una mujer. Puedo decir, sin temor a equivocarme que, en la Diócesis de Zamora, uno de los talentos más prometedores e ilusionantes que existen es el de una mujer que ha supuesto una auténtica bocanada de aire fresco para las celebraciones litúrgicas, así como un revulsivo para las iglesias en donde ha colaborado, donde su ayuda ha mejorado considerablemente no sólo la cantidad y la calidad de los fieles, sino también la belleza estética y plástica de las misas, que gracias a ella son lo suficientemente dinámicas y atractivas como para hacer creer de verdad que Jesucristo se hace presente en ellas.<br/><br/>Estos dos caballeros, insisto que ambos de una gran capacidad y valor, han podido ordenarse no sólo por haber superado la preparación necesaria, sino también por ser hombres. Entonces, ¿por qué una mujer que ha demostrado semejante capacidad, entrega a Dios y respeto por los valores del Evangelio y por las líneas maestras de lo que es el Orden Sacerdotal excepto por lo de ser varón no puede ordenarse? <br/><br/>De verdad, leer el canon 1024 del Código de Derecho Canónico es casi de risa. ?Sólo el varón bautizado recibe válidamente la sagrada ordenación?. Es tan lacónico en comparación con los siguientes preceptos del mismo cuerpo legal, y tan sumamente anacrónico que uno no sabe si palidecer por la vergüenza ajena, o reír a carcajadas. Huele a antigualla jurídica indefendible. Es como cuando te encuentras con que en España existe en temas fiscales el ?Cupo Vasco? y el ?Convenio Económico Navarro?. Dos chollos en materia de impuestos que suponen un claro trato de favor a esos territorios y que encuentran su justificación en un asunto de máxima actualidad como es... que Cánovas del Castillo se terminó bajando los pantalones ante ellos para que no hubiese una Cuarta Guerra Carlista allá por el año... 1876. O como cuando vas al Código Civil y te dice que en una herencia son colacionables ?las cantidades satisfechas por el padre para redimir a sus hijos de la suerte de soldado?. Un artículo el 1043 CC redactado ayer mismo, concretamente en 1888 y que entró en vigor 1889, y que se refería a la redención económica del Servicio Militar para los que les tocase ser ?quintos? (vamos, para los que les tocase ir a la guerra porque les tocó en un sorteo). Eso no existe desde 1912, pero el Código Civil lo mantiene por si hay algún español que vaya a heredar con unos 130 años, que ya sabemos que a esos años se está en la flor de la vida y que más vale prevenir que curar...<br/><br/>La Iglesia está en ese sentido como para hacer tonterías y ponerse fina con ese asunto. Aquí en esta Diócesis hay cuatro seminaristas (dos de ellos, estos caballeros), la mayor parte de los sacerdotes son señores muy mayores y a duras penas se pueden mantener los horarios de misa diaria. Y con ese panorama va una mujer, dice que quiere ordenarse y dicen que ?no? por... ¿ser mujer? ¿En qué parte de los Evangelios Jesucristo veta a las mujeres de nada? Elige discípulos masculinos (que no sacerdotes, dicho sea de paso) porque la sociedad de su tiempo estaba regida por la idea del paterfamilias que, como homo sui iuris, era el cabeza de la familia (que era la estructura de poder social por excelencia en el Derecho Romano, y Judea era una Provincia Romana). Ésa es la única explicación. Era jurídica (de la lectura de los Evangelios se puede deducir que Jesucristo tenía una amplísima formación en leyes) que no teológica, y él jugó con el Derecho vigente de su tiempo, apostando claramente por modificaciones sustanciales en el mismo, siendo un claro objeto de su mensaje la mujer y la mejora de su situación social. (Hay un pasaje que es San Lucas [7,36-50] que es demoledor y habla por sí mismo).<br/><br/>Evidentemente esto es un comentario en una noticia y no pretendo meterme en un debate teológico profundo, pero el Orden Sacerdotal es un sacramento que, al contrario de lo que sucede con la Eucaristía, no lo constituye expresamente Jesucristo, sino que es más bien el resultado de un cúmulo de Concilios que dieron pie a estructurar el actual sacramento, que con toda evidencia es anacrónico en lo referente al hecho de que sólo el varón bautizado puede ser sacerdote. Es una antigualla, no hay ningún argumento jurídico y teológico serio que sea capaz de mantenerlo y encima estamos en la Iglesia como para filtrar vocaciones sacerdotales con argumentos tan ridículos como el de que alguien no puede ser sacerdote por ser mujer.<br/><br/>Queridos nuevos diáconos, mi más sincera enhorabuena, mis mejores deseos de cara al futuro y que Dios os guarde y proteja en vuestra nueva vida. Pero recordad también que si hay un mensaje claro en los Evangelios es el que Nuestro Señor nos insta como Cristianos a ser valientes ante la injusticia (Él mismo nos dio un claro ejemplo cuando entró en Jerusalén a sabiendas de que los saduceos (ladrones, corruptos y traidores para con los propios hebreos) encabezados por Caifás iban a ingeniárselas para que se le condenase a muerte infamante en una Cruz en un juicio-patochada mientras los suyos renegaban de él, empezando por Pedro). A ninguno nos ha exigido Nuestro Señor un sacrificio ni remotamente parecido al suyo, pero si Él desea empezar a hablar en nuestros tiempos por boca de una mujer, ¿quiénes somos nosotros para contrariar su voluntad? Tenéis en la Diócesis un claro ejemplo de una mujer en la que ha puesto sus ojos el Señor para que acceda al Sacerdocio. Os pido que vosotros seáis también valientes y la ayudéis a seguir vuestro camino. <br/>1317
Anónimo Hace 5 años (21/09/2018 19:29)
Joer, 42 positivos de un mismo usuario. Ya hay que tener tiempo libre <br/>750
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