El obispo de Zamora decreta indulgencia plenaria en el Año Jubilar Teresiano

 El obispo de Zamora decreta indulgencia plenaria en el Año Jubilar Teresiano
El obispo de Zamora decreta indulgencia plenaria en el Año Jubilar Teresiano
Con fecha del pasado 5 de octubre, fiesta de San Atilano, el obispo de Zamora, Gregorio Martínez Sacristán, firmó un decreto con ocasión del Año Jubilar Teresiano, que se celebra en toda la Iglesia española por concesión del papa Francisco entre el 15 de octubre de 2014 y la misma fecha del año próximo.

En su decreto, el prelado explica el sentido de la indulgencia plenaria que los fieles pueden conseguir en este Año: “las indulgencias se alcanzan como un don que allana el camino para lograr en sumo grado la purificación interior que exalta la vida sobrenatural en el corazón de los fieles y los estimula a dar frutos de buenas obras”.

Martínez Sacristán establece como lugares del Año Jubilar la Catedral y la iglesia del convento de San José de las Carmelitas Descalzas en Toro, donde la semana pasada se inauguró solemnemente el Año Teresiano a nivel diocesano.

Además, señala las ocasiones en las que, a lo largo del año, los fieles podrán recibir la indulgencia plenaria: las Misas de apertura y clausura del Año Jubilar Teresiano en Toro, la visita (como peregrinación) a cualquiera de los dos lugares designados y la participación en ellos en la liturgia o al menos un tiempo de oración, los retiros para sacerdotes en el tiempo de Adviento, los encuentros mensuales de oración en el Carmelo de Toro, y las lecciones de Teología sobre Santa Teresa de Jesús que se celebrarán en Benavente, Toro y Zamora en abril y mayo.

El obispo también indica en el decreto que los ancianos y los enfermos podrán conseguir la indulgencia plenaria si “ante alguna pequeña imagen de santa Teresa de Jesús, se unieran espiritualmente a las celebraciones jubilares o peregrinaciones y rezaran el Padrenuestro y el Credo en su casa o en el lugar donde permanezcan a causa del impedimento, ofreciendo los dolores y molestias de la propia vida”.

En cualquiera de los casos, el decreto recuerda las condiciones generales que pone la Iglesia para poder participar en esta concesión de gracia: “podrán lucrar indulgencia plenaria los fieles cristianos que estén verdaderamente arrepentidos del pecado cometido, cumplan debidamente las condiciones acostumbradas: confesión sacramental, Comunión Eucarística y oración por las intenciones del Romano Pontífice”, participando en alguna de las ocasiones antes señaladas.

Todo ello, explica Gregorio Martínez Sacristán al concluir el decreto, “nos invita a todos a optar, como Santa Teresa, por una vida más sencilla y más comprometida, más de acuerdo con el Evangelio de Jesús”.

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