"No puedo saber si tengo algo porque nadie me da los resultados". Así de tajante es una mujer zamorana que está sufriendo en primera persona las innumerables consecuencias de la falta de personal en la planta de oncología del Hospital Provincial Zamora. Una simple citación para recoger los resultados de unas pruebas se ha convertido en una auténtica odisea para esta mujer, quien otrora padeciera un cáncer de mama y precisara de una mastectomía. Afortunadamente, esta mujer superó la enfermedad. No obstante, no ha dejado de acudir a las revisiones anuales para controlar que todo está bien.
Ahora, la situación no deja de ser complicada como consecuencia de la falta de personal. Y como ella, según ha podio saber Zamora24horas, son más los pacientes que no están pudiendo ser atendidos. La odisea de esta mujer, M.G., comenzó en noviembre cuando terminó las pruebas que la oncóloga le había solicitado, y entre las que se encuentra una mamografía, una analítica, una ecografía y una densitometría. "Se suponía que me iban a llamar para darme cita para ver los resultados", explica y añade que "como no me llamaba nadie, empecé a llamar yo y no conseguía nada".
Es por ello por lo que tomó la determinación de acudir al Hospital Provincial para solicitar su cita. El pasado jueves según comenta, le comunican que la oncóloga que debía darle cita se encuentra de baja y no hay nadie sustituyéndola. Si bien los pacientes de atención inmediata sí pueden ser atendidos con los preceptivos tratatamientos de quimio o radioterapia, son los que, como ella, están pendientes de revisiones los que no pueden ser atendidos porque nadie se está haciendo cargo de esa agenda. "No puedo saber si tengo algo porque nadie me dice nada", denuncia M.G.
Esta mujer, ante esta situación, puso una reclamación formal a Atención al Paciente para intentar ser atendida y poder quedarse tranquila con los resultados de unas pruebas que llevan hechas más de dos meses. "No puede ser, es una vergüenza", lamenta. Así, lo que debería ser una mera revisión rutinaria de una enfermedad superada, se ha convertido en una odisea de llamadas, reclamaciones e incertidumbre por saber que todo está en orden y no hay que volver a lamentar posibles efectos adversos. Se trata de continuar con la vida con tranquilidad, con la certeza de lo que tanto costó conseguir, se ha mantenido en orden, y es lo único que reclama esta mujer.
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