El padre de Jesús Hilario Tundidor, Isidro, siempre le contaba a su hijo cómo aquel 22 de junio del año previo a la Guerra, 1935, su nacimiento había llegado acompañado por una fuerte tormenta a medianoche. Hoy, en este caso a media tarde, el poeta ha regresado a su tierra para celebrar su 80 cumpleaños rodeado de las mismas condiciones meteorológicas adversas, pero con más gente a la espera de escuchar su voz, que ya no es llanto, sino poema.
En el acto organizado por Fernando Primo, y en el que ha estado presente, como representante municipal, María Eugenia Cabezas, Hilario Tundidor ha recitado algunos poemas inspirado por la coincidencia de los truenos y los relámpagos y feliz por regresar a una tierra que vive presente en una parte indispensable de su obra.
Antes de ponerse manos a la obra con los versos, el poeta ha reconocido que volver a Zamora en San Pedro supone para él "un regreso a los años de la juventud", una época que ha rememorado sin pudor: "Hacía el gamberro como Dios manda, honestamente y deshonestamente", ha apuntado, divertido, el veterano artista de la pluma, que ha vuelto a emocionar a sus paisanos ochenta años después de la tormenta.
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