El precio de vivir: alquilar un piso en Zamora ya consume más del 22% del salario
Los jóvenes trabajadores enfrentan serias dificultades para acceder a una vivienda, ya sea en compra o alquiler.
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha lanzado una advertencia clara: el acceso a la vivienda se ha convertido en una quimera para miles de jóvenes en España. Según un análisis reciente, el esfuerzo económico que requiere alquilar o comprar una vivienda media de 70 m² supera el 30% de los ingresos en hasta 17 capitales de provincia, el umbral máximo recomendado por expertos para garantizar una vida digna sin comprometer necesidades básicas.
En el caso de Zamora, el esfuerzo necesario para alquilar una vivienda se sitúa en torno al 22% del salario, lo que la coloca entre las capitales con menor presión inmobiliaria en comparación con otras grandes ciudades.
Comprar también ahoga: se necesita un 30% del precio en ahorros
En ciudades como Madrid, San Sebastián o Barcelona, adquirir una vivienda estándar exige una entrada inicial cercana a los 80.000 euros, lo que equivale al 30% del precio total (entre ahorros, impuestos y otros gastos). Este importe queda fuera del alcance de la mayoría de parejas jóvenes, pese a contar con empleo estable.
Además, la cuota mensual hipotecaria junto a otros gastos asociados (IBI, comunidad, seguros…) puede suponer hasta un 43% de los ingresos, cifra especialmente elevada en Barcelona, Málaga o Madrid.
En alquiler, la situación es aún peor
Mientras la compra requiere ahorros imposibles, el alquiler tampoco representa una solución realista. En Barcelona, el coste mensual de la renta y los gastos de vivienda supera los 1.600 euros, lo que consume más de la mitad del sueldo medio de una pareja joven. En Madrid, Málaga o Valencia, se repite un patrón similar, con porcentajes de esfuerzo que van del 43% al 46%.
En total, 16 capitales de provincia presentan un mercado de alquiler en el que el esfuerzo mensual supera el 30% de los ingresos, incumpliendo las recomendaciones económicas básicas para la estabilidad del hogar.
Un mercado tensionado por la falta de oferta
Los precios no dejan de subir: la vivienda ha aumentado un 32% en la última década, mientras que los salarios apenas han mejorado. Esta brecha creciente entre ingresos y coste de vida retrasa la emancipación: el 66% de los jóvenes de entre 18 y 34 años aún vive con sus padres, 16 puntos por encima de la media europea.
A esta realidad se suma la presión de compradores extranjeros en zonas costeras (como Alicante, Baleares o Málaga), donde hasta el 46% de las operaciones las protagonizan ciudadanos no residentes, capaces de asumir precios mucho más altos.
Alquiler paralizado por el miedo al impago
OCU advierte que la inseguridad jurídica y la lentitud de los desahucios están disuadiendo a muchos propietarios de poner sus viviendas en alquiler. Dos tercios del parque de alquiler en España está en manos de particulares, muchos de los cuales optan por el alquiler turístico para evitar riesgos, lo que reduce aún más la oferta de arrendamientos de larga duración.
Aunque la Ley de Vivienda de 2023 permitió limitar precios en zonas "tensionadas", su aplicación real es muy limitada y el efecto sobre la oferta aún está por ver.
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