Premios Mercurio y Vulcano: el reconocimiento a la valentía de emprender en casa
El Teatro Ramos Carrión acogió este sábado la XXXVII edición de esta gala que cada San Pedro pone en valor el tejido empresarial de la provincia
Los Premios Mercurio y Vulcano siguen siendo también una cita ineludible en la agenda zamorana de San Pedro. Ineludible en las fiestas y para el reconocimiento de los zamoranos que siguen poniendo de manifiesto que sí se puede emprender y mantenerse en nuestra tierra.
Con mensajes de apoyo y de perseverancia, los galardonados fueron pasando por el escenario para recoger qlos premios ue siguen mostrando los grandes focos y potenciales de una Zamora que, pese a todo, sigue teniendo claro que su gran objetivo es seguir creciendo.
El Premio Mercurio fue para Marcial Roncero de la Fuente, fundador del Almacén de Ferretería Marcial. Su historia empresarial es una de esas que inspiran: comenzó en un pequeño local de la calle Santa Ana y, tras más de cuarenta años de esfuerzo, ha logrado levantar unas instalaciones de más de 5.100 m² en el polígono de La Hiniesta. El jurado destacó no solo su visión de futuro, sino su capacidad para adaptarse a los nuevos tiempos con una infraestructura moderna y eficiente.
El Premio Vulcano recayó en José Isidro Torres, S.L., una empresa de Toro que ha sabido diversificarse y apostar por la calidad en el transporte, la construcción y, especialmente, en la fabricación de prefabricados de hormigón bajo la marca Prefabricados Duero. Con un laboratorio propio para el control de calidad y el desarrollo de productos sostenibles como su línea Ecolife, la firma representa el equilibrio entre tradición e innovación que distingue al tejido empresarial zamorano.
Con la Medalla a la Dedicación Empresarial, se rindió homenaje a María Matellanes González, referente indiscutible en el ámbito de los servicios sociales. Con más de cinco décadas de trabajo incansable, ha pasado de colaborar en Bienestar Social a fundar una de las primeras residencias privadas para mayores en la provincia. Hoy lidera el Grupo Matellanes, con más de 330 plazas residenciales, 65 en centros de día y un equipo de 165 profesionales. Un legado de cuidado, responsabilidad y vocación.
Por último, la Medalla a la Lealtad Empresarial fue para Francisco Santamaría Santamaría, por sus 49 años de dedicación en la cafetería del Hotel Dos Infantas. Su presencia constante, su sentido del deber y su calidez han hecho de él un símbolo de profesionalidad y entrega que ha acompañado a generaciones de clientes.
Con estos reconocimientos, la Cámara de Comercio reafirma su compromiso con quienes hacen posible el dinamismo económico de Zamora. La gala, más que una entrega de premios, fue un tributo a la pasión, el trabajo bien hecho y el espíritu que mantiene viva a la empresa local. Una celebración del esfuerzo convertido en ejemplo.
A continuación el discurso íntegro y reivindicativo del presidente de la Cámara de Comercio, Enrique Oliveira:
"Permítanme que agradeciendo un comience mis palabras año más a la Excelentísima Diputación Provincial en la persona de su presidente,mi querido Javier, por facilitarnos este marco incomparable que es el Teatro Ramos Carrión para organizar este acto que, sin lugar a dudas, ensalza y prestigia a estos premios.
Es para mí un verdadero honor estar ante todos ustedes un año más en el evento empresarial más relevante de nuestra provincia, en el que la Cámara de Comercio de Zamora, representante de todos los empresarios, reconoce la labor, dedicación y esfuerzo de empresas y la lealtad de los trabajadores que hacen realidad nuestros proyectos empresariales.
Son 37 ediciones de los Premios Mercurio y Vulcano y Medallas a la Dedicación y Lealtad empresarial que reflejan de manera indubitada la capacidad, el talento, la innovación y la excelencia que tienen nuestras empresas
El Jurado ha reconocido en cada uno de los premiados su dedicación, entrega y compromiso con nuestra provincia, la generación de empleo y riqueza en su entorno, porque no debemos olvidar nunca que son las empresas quienes generan empleo y en Zamora 5 de cada 6 empleos son en el sector privado.
En unos minutos reconoceremos a cada uno de ellos: a Marcial Roncero de la Fuente, Premio Mercurio de este año que desde un pequeño local en la calle Santa Ana en los años 80, ha creado lo que todos conocemos en el Polígono de la Hiniesta, referente en nuestra provincia y en Castilla y León.
A Jose Isidro Torres, emblemático empresario de Toro pero con proyección y clientes en todo el territorio nacional, ya que ha sabido durante estos años evolucionar, diversificar y aportar valor en un sector como el de los materiales de la construcción, con un compromiso por la sostenibilidad y buscando soluciones inteligentes para mejorar la salud humana y el medioambiente.
Y las medallas de este año, más merecidas que nunca: a nuestra querida María Matellanes, ejemplo de dedicación y entrega en el sector de los servicios sociales desde hace más de 50 años, aportando valor y una manera distinta de ver los cuidados a nuestros mayores, con 395 plazas de residentes y 110 trabajadores.
Y, como todos ustedes saben, los premios que otorgamos tienen una peculiaridad que no existe en toda España y es que los empresarios también reconocemos la labor de aquellos de nuestros colaboradores que con su compromiso y lealtad han contribuido al desarrollo y prosperidad de nuestras empresas.
Todos sabemos que son los equipos de las empresas los que las hacen crecer, consolidarse y llegar a donde están y Francisco Santamaría es un ejemplo de esa lealtad, pues hasta hace unas semanas ha estado 49 años, sí han oído bien 49 años, en la cafetería del Hotel Dos Infantas de nuestra capital. Personas tan honestas, comprometidas y leales como Paco hacen que tenga sentido si cabe entregar esta medalla que este año le ha correspondido, más que merecidamente, a él.
De verdad, gracias a todos.
Un año más, la Cámara se ha consolidado como referente en el mundo empresarial en materia de Internacionalización, Formación, Emprendimiento y Digitalización, áreas con las que contribuimos a la mejora de los procesos de las empresas que les ayuden a aumentar su competitividad.
Hemos emitido más de 900 documentos necesarios para la exportación y realizado más de 300 asesoramientos en esta materia.
Gracias al convenio para ayudar a la internacionalización de las empresas que tenemos suscrito con la Diputación provincial, hemos realizado Consultorías Estratégicas en Inteligencia Artificial para la Internacionalización, hemos asistido a ferias en Amsterdam, Toulouse y París, realizado misiones comerciales a Argentina y República Dominicana y una inversa con motivo de FROMAGO en la que se concertaron 362 entrevistas de 57 expositores de la Feria con 30 importadores de 17 países.
Estamos ya trabajando en la próxima edición de Fromago 2026 para definir e identificar junto con ICECYL y la Fundación EILZA el perfil de importadores y prescriptores de opinión especializados y sus países de procedencia.
Además, hemos creado un interesante grupo de trabajo de las Cámaras de Comercio transfronterizas a los dos lados de la raya, desde Pontevedra hasta Huelva (PROCOL), para desarrollar iniciativas en común y reivindicar proyectos transversales que ayuden al desarrollo de nuestros territorios.
Cuidar y fomentar el espíritu emprendedor es otro de los pilares del día a día de la Cámara, que en el año 2024 creó en su servicio de Ventanilla única 94 empresas y atendieron 539 consultas de los emprendedores.
Asimismo, celebramos la 7a Feria de Empleo y Emprendimiento en el que más de 800 personas abarrotaron este mismo espacio para conocer las necesidades profesionales de 30 empresas e instituciones y también hemos desarrollado más de 50 cursos, seminarios y jornadas para 704 alumnos.
Y gracias a los convenios que tenemos con el Ayuntamiento de la capital y el programa Digitalízate y la Oficina AceleraPyme con Red.es para el desarrollo y difusión de los programas Kit Digital y Kit Consulting, ayudamos a las empresas en sus procesos de digitalización, indispensables hoy en día para mejorar la competitividad y estar a la altura de lo que los mercados están demandando.
También merece la pena destacar el reciente convenio firmado con la Casa de Zamora en Madrid, con el que queremos acercar a las empresas de la provincia sus instalaciones, para que sean referencia de cualquier actividad la actuación promocional que desarrollen en la capital de España.
Una vez más, demostramos la eficacia del modelo de colaboración público-privada para hacer llegar a las empresas, gracias a la capilaridad que tiene la Cámara, todos los programas y ayudas útiles para nuestro empresariado.
Y todo ello gracias a la profesionalidad y saber hacer de toda la plantilla de trabajadores de la Cámara.
No puedo dejar pasar esta ocasión que me brinda la entrega de estos premios para reclamar el derecho a quedarnos en nuestra tierra para desarrollar un proyecto de vida, el de todos y cada uno de nosotros.
Zamora tiene que hacerse oír con la VOZ inquebrantable de todos los que vivimos aquí y que queremos que nuestro hijos y nietos tengan la oportunidad con las mismas condiciones que cualquier otro de trabajar, emprender o vivir en nuestra provincia.
¿Cuándo es la hora del desarrollismo del oeste peninsular y, por tanto, de Zamora?
Llevamos años reclamando un plan especial para la provincia porque nos tocaba ya, solicitamos una fiscalidad diferenciada y cuando por fin la Unión Europea lo permite en su sistema de ayudas, nos dejan al margen. Disponemos del privilegio de tener dos estaciones de Alta Velocidad en la provincia que permitan la cohesión territorial y acerque zonas desfavorecidas y despobladas a núcleos más desarrollados y nos ningunean, discriminan y aíslan esgrimiendo rentabilidad económica. Pues bien, desde aquí queremos decir con claridad que la rentabilidad social y territorial también cuenta, y que Zamora no puede seguir esperando. Llevamos años cumpliendo silenciosamente, soportando la pérdida de población, viendo cómo se vacían nuestros pueblos y cómo se marchan nuestras generaciones más jóvenes con una mezcla de tristeza e impotencia. Y mientras tanto, vemos cómo se diseñan políticas de país en las que Zamora no está, o, peor aún, se la olvida deliberadamente.
Se trata de aplicar justicia territorial, de cumplir con los principios de cohesión e igualdad de oportunidades que recoge nuestra Constitución y que inspiran los tratados europeos. No estamos pidiendo privilegios, estamos exigiendo equidad.
La Cámara viene demandando desde el año 2019 que la reapertura del campamento de Monte la Reina va más allá de la propia infraestructura y que teníamos que estar preparados y con tiempo suficiente para intentar que el mayor número de efectivos, mandos y oficiales incluidos, pudieran establecer su residencia en nuestra capital y provincia.
Pero para ello era necesario que las administraciones coordinasen de manera ágil y efectiva las infraestructuras de vivienda, sanitarias, de servicios sociales o educativas para poder asumir esa población.
El proyecto de Monte la Reina verá la luz más pronto que tarde y si no tenemos un plan claro e incentivador, ya saben dónde se establecerán gran parte de las familias que puedan venir, que vivirán y gastarán en provincias limítrofes.
Permítanme dedicar unos minutos de mi intervención a hacer una reflexión en voz alta de dónde tenemos que insistir para intentar, entre todos, llevar a nuestra querida Zamora al lugar que merece.
Lo hemos dicho muchas veces, pero no es una cuestión de una institución o de unos pocos, es responsabilidad de todos y cada uno de nosotros, en lo individual y lo colectivo, en en nuestra individualidad y en la organización, institución o empresa en la que trabajemos.
Lo que queramos de Zamora y donde queramos situarla en el contexto y con las circunstancias que nos han tocado vivir, es algo que depende exclusivamente de nosotros, de nuestras actuaciones y omisiones, porque nadie nos va a regalar nada.
Zamora necesita menos lamentos y más impulso, más estrategia compartida y menos compartimentos estancos, más visión a largo plazo, sin renunciar a actuar desde hoy. Porque los retos que tenemos por delante-demográficos, económicos y sociales- no son nuevos, pero sí más urgentes que nunca.
No podemos permitirnos seguir perdiendo población ni talento. No podemos resignarnos a que nuestros jóvenes se vayan sin retorno. Necesitamos generar condiciones reales para que se queden, para que vuelvan, para que encuentren aquí no solo un lugar en el que vivir, sino un lugar en el que desarrollar un proyecto vital y profesional.
Y eso pasa, necesariamente, por apostar de verdad por nuestros sectores estratégicos: por el comercio local que da vida a nuestros barrios y pueblos; por el sector primario que abastece a la agroindustria que transforma lo que la tierra nos da; por el turismo cultural y natural que es seña de identidad; por la innovación rural que sí es posible y en Zamora ya tenemos ejemplos concretos.
Todo pasa por la colaboración entre administraciones, por facilitar las cosas al que quiere emprender, al que quiere invertir, al que quiere quedarse.
Pero, sobre todo, pasa por creérnoslo porque no hay política pública, ni plan estratégico, ni fondo europeo que funcione si nosotros, desde Zamora, no creemos que esta tierra puede tener futuro. Y puede tenerlo.
Este es el momento de activar todas nuestras capacidades. No solo para resistir, sino para transformar. No para sobrevivir, sino para construir una Zamora con voz propia en el presente, no solo en la memoria.
Que lo que decimos en este acto no quede en discursos bienintencionados, sino en compromisos compartidos y acciones sostenidas, porque Zamora lo merece. Y porque, sobre todo, lo necesita.
Este año me gustaría acabar mi intervención haciendo desde el sector empresarial un llamamiento a la paz y al entendimiento entre todas las culturas, religiones y civilizaciones de nuestro planeta.
Tenemos la percepción de que nos quedan lejos los conflictos que asolan nuestro mundo.
Ahora no hablo solo como empresario, sino como ciudadano del mundo. En un momento en que los mercados están más conectados que nunca, también lo están nuestras responsabilidades. Y la más urgente de todas ellas es la PAZ.
Estamos inmersos en una escalada bélica que está acentuando los conflictos armados en Ucrania y Rusia, Israel y Palestina, con Irán como nuevo actor, las tensiones fronterizas en India y Pakistán, y otros focos de inestabilidad y escalada de violencia en África y América, son amenazas sistémicas para el tejido que sostiene la libertad de nuestra sociedad y de nuestras economías globales.
No hay prosperidad empresarial en un mundo que arde. No hay innovación en un mundo asediado por el miedo. La paz, señoras y señores, no es una opción: es la única base sobre la que pueden construirse mercados libres, sostenibles y humanos.
Por eso, desde aquí, quiero hacer un llamamiento: que las empresas de todo el mundo y, por supuesto las de Zamora, nos unamos en la causa más urgente de nuestro tiempo. Que hablemos, sí, de crecimiento, de rentabilidad y de futuro pero que pongamos, en el centro de todo ello, la PAZ y que no escatimemos en recursos y en esfuerzos para conseguirla.
La paz, aunque intangible, tiene un retorno claro. La guerra, aunque a veces se disfraza de oportunidad a corto plazo, es siempre una deuda a largo plazo.
Muchas gracias".
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