Profesionales piden extremar precauciones y consultar con técnicos antes de instalar piscinas en terrazas y azoteas

La vicepresidenta de CECU, Ana Etchenique, resalta que los consumidores “hagan siempre un uso responsable de los productos que utilizan”.

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A raíz del derrumbe de una vivienda, este martes, en Elda (Alicante), por el sobrepeso de una piscina de plástico instalada en la terraza, la Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU), el Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España (CSCAE) y el Consejo General de la Arquitectura Técnica de España (CGATE) urgen a extremar las precauciones y recuerdan la importancia de contactar, antes, con un profesional técnico competente que calcule la carga que puede soportar la estructura del edificio y garantizar, así, la seguridad de las personas.

Como consecuencia del desplome de esta vivienda unifamiliar, dos personas tuvieron que ser atendidas, una por una herida en una pierna y la otra por una crisis de ansiedad. Desde CECU se recuerda a los consumidores que el derecho a la salud y a la seguridad es un derecho fundamental reconocido en la Ley General de Defensa de los Consumidores y Usuarios. Los productos deben ser seguros, pero el consumidor debe contribuir haciendo un uso responsable de los mismos. La colocación indebida en lugares no aptos puede dejar sin efecto los seguros contratados al no cubrir este tipo de contingencias, debiendo asumir los daños sufridos en la vivienda, así como los causados a terceros. Desde CECU consideramos que el etiquetado e instrucciones de uso de estos productos, dado los últimos accidentes producidos, debería advertir con mayor énfasis el peligro que supone su ubicación sin control o asesoramiento técnico previo.

“Afortunadamente, no ha habido que lamentar pérdidas humanas, pero no hay que olvidar que cada edificio está calculado para unos usos y, si introducimos elementos que alteren su estructura, ésta se puede ver seriamente amenazada, como ha ocurrido en Elda. El asesoramiento de un profesional evita riesgos innecesarios”, subraya el secretario general del CSCAE, Laureano Matas.

La situación excepcional derivada de las medidas que se han puesto en marcha para contener el contagio por coronavirus ha llevado a muchas familias a planificar un verano atípico y, con la llegada del calor, en mayo, empezó a proliferar la venta de piscinas hinchables y prefabricadas. En ese momento, el CSCAE, el Consejo General de los Colegios de Administradores de Fincas de España (CGCAFE) y el Consejo General de la Arquitectura Técnica de España (CGATE) advirtieron de los riesgos de su instalación en terrazas, balcones y azoteas sin el criterio técnico necesario.

“Los aparejadores, intentamos anticiparnos a un suceso como el ocurrido, en un ejercicio de servicio público; advirtiendo de las consecuencias de no asesorarse de un técnico en estas cuestiones. Esto confirma nuestras advertencias, y pone de manifiesto la necesidad de comprobar y evaluar el estado real de las edificaciones, y los usos no permitidos. Por suerte no ha habido que lamentar víctimas en este caso. No esperemos al siguiente”, manifestado el presidente del CGATE, Alfredo Sanz Corma.

Para evitar posibles daños en las estructuras de los edificios y salvaguardar la seguridad de las personas, antes de adquirir una piscina, es recomendable contactar con un profesional competente para que garantice la viabilidad de la instalación y el volumen de agua que puede soportar. Someter a un elemento de la estructura, formando parte de un patio, cubierta, terraza o balcón, al sobrepeso de una piscina, puede llevar a la fatiga de los materiales que la conforman y al colapso, con graves consecuencias materiales y personales.

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