En el mes de abril de este mismo año, el equipo de gobierno anunció una serie de proyectos que tenía intención de acometer gracias al remanente de tesorería derivado del superávit del 2015. La institución municipal se vio obligada a destinar la mitad de ese sobrante a liquidar parte de la deuda bancaria y a utilizar el resto para llevar a cabo obras de carácter "sostenible", según marca la normativa nacional.
Por ello, Guarido y los suyos buscaron la manera de incluir en esa nómina dos proyectos de especial envergadura, el de la liberación de la muralla, que tendrá un coste de dos millones de euros, y el de macroasfaltado de la ciudad, que supondrá una inversión de un millón. Aparte de esas dos iniciativas, destacaba también la de cambiar el parqué del Ángel Nieto, por valor de 150.000 euros o la del ya anunciado arreglo de caminos rurales, por 200.000.
Además, en su día, el equipo de gobierno anunció su intención de solucionar el problema de la fuente de La Marina (70.000 euros), de instalar parques infantiles adaptados (180.000) y de pintar y señalizar las calles de nuevo (100.000).
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