Los psiquiatras abogan por establecer un programa de prevención del suicidio “nacional y multidisciplinar” debido al aumento de casos en los últimos años en España. Un tema que viene preocupando a los profesionales del sector debido a un “crecimiento constante” desde los años anteriores al 2022, en los que la pandemia y el confinamiento “dejaron su impronta negativa”. El pasado año España registró un total de 4.097 muertes por suicidio, con un incremento del 2,3 por ciento respecto al mismo periodo anterior. Del total, 3.042 fueron hombres y 345, menores de 30 años.
Son datos abordados durante el XXVI Congreso Nacional de Psiquiatría, que se celebra entre el 23 y el 25 de noviembre en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Castilla y León en Salamanca. Organizado por la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (SEPSM) y la Fundación Española de Psiquiatría y Salud Mental (FEPSM), supone la cita “más relevante” del ámbito del año en el país, y reunió a más de 1.500 profesionales del sector.
En este sentido, el psiquiatra y profesor e investigador de la Universidad de Sevilla Lucas Giner, defendió el establecimiento de un programa de prevención del suicidio “nacional y multidisciplinar”. Así, demandó esta propuesta que vino dada desde hace décadas por las sociedades científicas internacionales, incluida la Organización Mundial de la Salud, por diseñar programas de prevención de suicidio a nivel nacional “y desde distintas disciplinas para poder actuar a nivel social, médico, y psicológico, entre otros”, matizó.
Para el psiquiatra, existen varias estrategias que pueden ayudar a prevenir tanto las enfermedades mentales como los pensamientos suicidas, por lo que consideró “necesario promover la educación sobre la salud mental en la sociedad, con el fin de eliminar el estigma asociado a las enfermedades mentales, lo que facilita la búsqueda de ayuda”. Además, abogó por la necesidad de garantizar la disponibilidad de servicios de salud mental “accesibles y asequibles para todas las personas que los necesiten”.
En cuanto a los profesionales de la salud, resaltó la importancia de la detección temprana y el tratamiento, y en la necesidad de investigar para identificar y abordar factores de riesgo como el abuso de sustancias, el acoso, la violencia o la falta de apoyo. “Cualquier persona que exprese deseos de morir debe ser tenida en cuenta y escuchada. No debe ser minusvalorada”, explicó Giner. Asimismo, remarcó la necesidad de “tomar en serio” las palabras que verbalicen este deseo: “no se deben minimizar ni subestimar estos sentimientos”, afirmó. Por ello, concluyó que se debe brindar apoyo emocional mediante la comprensión y empatía.
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