"Cada vieja fotografía conservada en la estancia de un desconocido domicilio es un enigma, un misterio a desentrañar, un pálpito de historia que puede ser desvelada o seguir habitando el reino del interrogante y el territorio del paréntesis. Imaginemos cuántas historias incombustibles al expurgo se esconden entre las páginas de los libros de viejo, en los armarios de las residencias de ancianos, en los desiertos poblados industriales y colonias mineras, en los desvanes de las casas abandonadas, entre los escondrijos de las cajonerías y en los archivos administrativos. Porciones de historias no siempre recomponibles que provocan impaciencia y curiosidad, y hasta escalofríos y un poco de vértigo", así se describe en el propio catálogo el objetivo y el origen de esta publicación, "para la que ha habido que superar muchos obstáculos porque en estos momentos es muy difícil editar algo de este tipo", ha destacado Carlos Piñel, director del Museo Etnográfico de Castilla y León.
En la publicación ha tenido un trabajo activo José Andrés Casquero, del Archivo Histórico Provincial de Zamora, que ha destacado que el objetivo es "reunir colecciones de fotografías, porque ya no ocurre como con los cuadros, que principalmente reflejaban a los reyes y los personajes más relevantes, sino que aquí queda patente la vida de los habitantes de Castilla y León en este caso a lo largo de los años, la evolución de las infraestructuras, las gentes, las vestimentas, los transportes".
Por su parte, José Luis Hernández del Centro Documental de la Memoria Histórica, ha incidido en que tienen un gran valor "aquellas fotografías que reflejan cómo fue la Guerra Civil y que, en muchos casos, ha sido una casualidad encontrar fotografías en maletas perdidas que después han tenido un gran valor".
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