Magistral, (como explicaría Iturralde), del latín magistrālis: hecho con maestría. Así fue el concierto que ofreció este viernes la Banda de Música Maestro Nacor Blanco en compañía del compositor y saxofonista Pedro Iturralde. Fuente inagotable de sabiduría y humor, el músico navarro se sentó en las escalerillas y puso en pie al respetable al término del recital. Su soberbia actuación final estuvo precedida por dos horas y media de delicias musicales como la protagonizada por el saxo solista Pablo Castaño en Czardas (Hungarian Dances), obra compuesta por el propio homenajeado, o la popular y siempre agradable Sing, sing sing de Benny Goodman. 

La Banda dirigida por Álvaro Lozano hizo entrega de una réplica en miniatura de la catedral de Zamora a Iturralde, quien se la posó sobre el pecho agradeciendo el cariño y el respeto de los cientos de espectadores que terminaron ovacionando su primera (y esperemos que no última) visita a la perla del Duero.

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