Como cada 15 de mayo, tenía lugar en el zamorano barrio de San Isidro la tradicional procesión a este santo, rodeado de decenas de fieles que clamaban y le pedían por lluvias para nutrir sus campos, yermos por la falta de agua. La Iglesia del Espíritu Santo era el lugar de partida de una procesión que recorrería las calles del barrio hasta la zona más alta, donde tendría lugar la tradicional bendición de los campos.
Una procesión en la que se rogará por las tan ansiadas lluvias cuando Zamora firma ya sus peores datos de la última década en cuanto a pérdidas de cosecha de cereal debido a la sequía. Tras la procesión tendría lugar la subasta de los santos y de las roscas.
También, al finalizar los actos, tendría lugar un aperitivo para todos los participantes y vecinos del barrio, mientras las miradas seguían fijas en un cielo que no da, por el momento, ningún atisbo de precipitación. Por ello, los fieles seguirán rogando con toda su fe para que ese 'agua de mayo' por fin irrigue los campos de la provincia.
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