El sentido homenaje a esta maestra zamorana por toda una vida dedicada a la enseñanza

Compañeros y excompañeros le brindaron sus mejores deseos a la emocionada homenajeada

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Homenaje a Carmen Rodríguez Domínguez
Homenaje a Carmen Rodríguez Domínguez

Toda una vida dedicada a la enseñanza, más de 35 años educando a niños y niñas en la provincia, en localidades como Hermisende, Santa Croya de Tera, Santibáñez de Tera y Camarzana de Tera, donde recientemente ha puesto punto final a su carrera como maestra, son solo algunos de los motivos que han llevado a compañeros y excompañeros a homenajear a Carmen Rodríguez Domínguez con motivo de su recién estrenada jubilación. Y lo han hecho con una comida en la que la homenajeada ha recibido, visiblemente emocionada, el cariño y los regalos de aquellos que la han acompañado durante los últimos cursos, y que ella misma ha correspondido con un pequeño detalle para todos los que han formado parte del evento.

Maestra de vocación y, con las licenciaturas de Magisterio y Psicología a sus espaldas, Carmen Rodríguez ha dedicado su vida a inculcar sus valores dentro y fuera de las aulas, llevando a multitud de alumnos y alumnas de toda la provincia desde los primeros cursos de Infantil hasta el último de la Primaria.

En Hermisende pasó sus primeros años como maestra, mientras cursaba a distancia sus estudios de Psicología, de los que finalmente lograría licenciarse. Además, estudió y aprobó la oposición para disponer de plaza fija en las escuelas de la provincia. Santa Croya de Tera fue la escuela en la que pasó una década dando clase y que vio y sintió el mismo dolor que los alumnos cuando el colegio cerró sus puertas en el año 2013. Y no son pocos los alumnos de Santa Croya de Tera a los que esta maestra condujo durante toda su estapa escolar y los que la recuerdan con el mismo cariño que ella siempre les ha profesado.

Lo mismo sucedería cuando echó el cierre la escuela de Santibáñez de Tera, donde fue destinada después de la clausura de la de Santa Croya. Si bien en esta escuela no pasó tantos cursos, también dejó allí su impronta personal y es recordada por padres, madres y alumnos como una buena maestra y, más importante aún, como una buena persona.

Finalmente, llegaría a Camarzana de Tera, donde ha pasado sus últimos cursos como maestra hasta alcanzar una jubilación, que no es sino un premio por su dedicación y su entrega a la hora de formar a los alumnos. Cada año, cada graduación que presenciaba de sus alumnos, estos le agradecían todo el trabajo y su buen hacer y, del mismo modo, padres y madres también mostraban su gratitud por la dedicación para con sus hijos e hijas.

Carmen Rodríguez
Carmen Rodríguez

 

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