Una simple conversación esparce gotículas rápidamente dentro de los edificios

Un simple conversación esparce gotículas rápidamente dentro de los edificios, según han observado un equipo de investigadores de la Universidad de Princeton (Estados Unidos) en un estudio publicado en la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences'.

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 Calle coronavirus mascarillas
Calle coronavirus mascarillas

Un simple conversación esparce gotículas rápidamente dentro de los edificios, según han observado un equipo de investigadores de la Universidad de Princeton (Estados Unidos) en un estudio publicado en la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences'.

Aunque los científicos aún no han identificado completamente los mecanismos de transmisión del Covid-19, la investigación actual indica que las personas sin síntomas podrían infectar a otras a través de pequeñas gotas creadas cuando hablan, cantan o ríen.

En concreto, los expertos han observado que estas gotículas llegan más allá del 1,5 metros o dos metros, distancia de seguridad recomendada por las autoridades sanitarias para prevenir el contagio del nuevo coronavirus. Por ello, los investigadores han destacado la utilidad de las mascarillas para retener dichas gotículas.

Usando una cámara de alta velocidad, filmaron el movimiento de una neblina de pequeñas gotas iluminadas por una hoja láser frente a una persona que dice varias frases diferentes junto a la misma. Las frases iban desde declaraciones breves como 'venceremos al coronavirus' hasta canciones infantiles. Los investigadores seleccionaron las frases para incluir diferentes sonidos que afectan a expulsión de las gotículas.

Los investigadores encontraron que los sonidos oclusivos como la 'P' crean bocanadas de aire frente al hablante, mientras que una conversación crea lo que los investigadores llamaron un 'tren de bocanadas'. Cada bocanada crea un pequeño remolino de aire frente al hablante, y la interacción de estos remolinos crea un flujo de aire en forma de cono desde la boca del hablante. Los investigadores descubrieron que este flujo de aire podía llevar muy rápidamente partículas diminutas lejos de la persona que estaba hablando.

Ahora bien, la distancia depende en parte de la duración de la conversación. Alguien que hable durante más tiempo enviará partículas más lejos. "Si habla durante 30 segundos en voz alta, va a proyectar el aerosol a más de dos metros en la dirección de su interlocutor", han dicho los expertos, quienes han concluido señalando que en espacios interiores una distancia social de dos metros no sirve para proteger a las personas contra el coronavirus.


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