Según la definición de la Junta de Castilla y León, la espera para una intervención quirúrgica es el tiempo promedio, expresado en días, que llevan esperando los pacientes, en espera estructural pendientes de intervención, desde la fecha de entrada en el registro (fecha de prescripción de la intervención) hasta la fecha final del período de estudio.
Ahora los datos de la Consejería de Sanidad distinguen a los pacientes según la prioridad clínica. Así, en el nivel uno están aquellos cuyo tratamiento quirúrgico, siendo programable, no admite una demora superior a treinta días. En el nivel dos quienes se puede demorar hasta 90 días y en el nivel tres pacientes cuya patología permite la demora del tratamiento, ya que no produce secuelas importantes. En todas ellas la Junta asegura que cumple los plazos y más del 90% son operados antes del plazo máximo que les corresponde.
En este sentido, tan solo 86 pacientes de los casi 1.500 en lista tuvieron que esperar más de tres meses para someterse a una intervención quirúrgica. Hay que recordar que el pasado año fueron 125 los pacientes que tuvieron que esperar más de tres meses, por lo que el descenso es más que positivo. Por especialidades, Oftalmología, Otorrinolaringología, Cirugía General y Aparato Digestivo fueron las que más demoras tuvieron.
Sin embargo, los sindicatos denuncian que no sólo se trucan estas cifras, pues no se corresponden realmente con el tiempo desde que el paciente ve al médico hasta que es operado, sino que incluso se incumple la normativa vigente. Por ejemplo, hay casos de pacientes a quienes el médico atendió en una determinada fecha para que pidieran cita de cara a una intervención, pero cuando los pacientes piden la cita no se les da la fecha al momento.
Tienes que iniciar sesión para ver los comentarios