Cuáles son las funciones del optometrista

Por su formación universitaria, el optometrista puede reconocer y tratar aquellas condiciones que requieran compensaciones visuales (gafas, lentillas, etc), entrenamiento, terapia visual o procedimientos preventivos para el tratamiento de anomalías visuales. Está preparado para detectar patologías oculares y aquellas de carácter general que se puedan reflejar en los ojos, para remitir al paciente al oftalmólogo o al profesional sanitario adecuado. Con cierta frecuencia es el primer profesional que detecta trastornos sin síntomas, como la hipertensión o la diabetes.

En este sentido, Ángel Viñas, gerente de Ángel Óptico, explica: “Nosotros tenemos con el Sacyl un convenio, de tal forma que el médico de familia deriva en primer lugar a los centros que estamos asociados y homologados y nosotros valoramos si es una patología. Si lo es, volvemos a remitir al médico de cabecera para que el oftalmólogo lo examine. Si vemos que simplemente es un problema de visión y necesita un cambio de lentes, o cualquier otro tipo de solución que sea de tipo optométrico, eso es labor nuestra. De esta forma, nuestra actuación va a determinar que la actuación rápida en muchas patologías sea eficiente”.

Mientras, el oftalmólogo es una persona con la titulación de Licenciado en Medicina especializado en las patologías oculares, por lo que realizará una revisión del estado de la salud ocular del paciente ya sea del polo anterior (parte visible del globo ocular) como del polo posterior (parte observada a través de la pupila). Estos especialistas también tienen formación para la realización de cirugía ocular siendo esta muy variada desde cirugía refractiva, catarata, de retina, de córnea, de glaucoma y de párpados entre otros.

“Es muy importante una colaboración constante entre ambos campos, ya que en ocasiones las alteraciones patológicas oculares producen errores refractivos que se deben corregir o viceversa”, finaliza Ángel Viñas que aconseja acudir siempre al optometrista o al oftalmólogo cada vez que haya indicios de problemas oculares o simplemente a modo de revisión rutinaria cada dos años.