La Unión General de Trabajadores (UGT) ha elaborado el informe ‘Cuatro años de reforma laboral’, en el que se llega a la conclusión de que los efectos han sido más negativos, por lo que “un eje central del futuro Gobierno debe ser impulsar la lucha contra el desempleo, la lucha por el empleo de calidad, que la igualdad sea el centro de las políticas públicas y un compromiso para erradicar la pobreza”, derogando la actual normativa.

Destaca que todavía nueve de cada diez contratos son temporales y “se está utilizando la contratación de una manera inapropiada, abusiva y fraudulenta”. Todo ello incide en que “se está poniendo en peligro el actual sistema de pensiones” como consecuencia de la combinación de la temporalidad en el empleo y la devaluación salarial.

Respecta al Salario Mínimo Interprofesional, en cuatro años tan solo ha subido 7,2 euros y se estima que un 35% de los asalariados cobraba en 2014 menos del salario mínimo, tres puntos por encima que en 2011. Además, se propone revisar el sistema de protección por desempleo, pues sólo el 45% de los desempleados la ingresan.

En resumen, el informe destaca que ha empeorado la calidad del trabajo, pues se han precarizado las condiciones laborales tanto de los contratos indefinidos como de los contratos temporales. En segundo lugar, ha provocado una devaluación salarial que ha trascendido hacia una disminución de renta familiar y un aumento del riesgo de la pobreza. Y en tercer lugar, los problemas estructurales del mercado de trabajo no solo no han desaparecido sino que se han profundizado, sobre todo entre los jóvenes y los mayores de 45 años.

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