“Los efectos de esta política son muy negativos para el conjunto del sistema universitario”, ha asegurado Ruipérez. Para la Universidad de Salamanca, en un horizonte que el rector ha fijado para 2021, prevé la pérdida de hasta un 15% si la situación continúa siendo la misma “solo contando con las jubilaciones forzosas. Como en los últimos años el número de jubilaciones voluntarias supera el de las forzosas, estaríamos, previsiblemente, ante la pérdida de más de un tercio de la plantilla”, ha señalado. Así las cosas, Daniel Hernández hay vuelto a poner de manifiesto el sentir de los rectores de las universidades españolas. “Queremos que se ponga fin a las restricciones que lastran el sistema universitario público español a la vista de los mejores datos macroeconómicos que demuestra la economía del país”, ha asegurado pidiendo una respuesta por parte del Gobierno. A su vez ha lamentado que de seguir como hasta ahora, “España pierda jóvenes cualificados y producción científica que pueda influir en un plazo medio al tejido productivo del país”.
No obstante, ante este panorama, “la Universidad de Salamanca ha conseguido evitar las convulsiones en materia de plantilla a la que muchas universidades españolas se han visto obligadas”, según el rector. “Hemos aprovechado los topes legales de la tasa de reposición destinando plazas a la estabilización de contratos Ramón y Cajal, a la promoción de profesores titulares acreditados a catedrático y a la contratación de doctores y ayudantes de doctores acreditados para profesor titular. Hemos encontrado una vía provisional para evitar la pérdida de los ayudantes doctores y hemos podido favorecer su continuidad. Además hemos conseguido no detener la incorporación de ayudantes doctores mediante un procedimiento de transformación de plazas de asociado”, ha añadido.
Ruipérez, además, ha señalado “que para el próximo se anuncian novedades que supondrían una flexibilización de la tasa de reposición para aumentar el número de plazas que la Universidad puede convocar. Si así fuera, podremos al menos dar satisfacción a algunas de las necesidades más perentorias y propiciar la promoción de un número mayor que en los últimos años al profesor acreditado”. Al mismo tiempo ha anunciado “que sea cual sea el marco legal en el que tengamos que movernos en los próximos meses, la Universidad de Salamanca no puede seguir esperando para renovar su plantilla de profesorado y tomaremos medidas para evitar el deterioro irreparable del servicio público al que estamos obligados”.
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