La Unión del Pueblo Leonés asegura que "en el interior del monumento se hace notar la falta de mantenimiento, al conseguir las hierbas y otras vegetaciones silvestres ser visibles disminuyendo el atractivo de la fortaleza, uno de los principales reclamos turísticos de la ciudad".
Denuncian además que esta vegetación, "que en escaso tiempo será el color seco de las retamas invade rincones y laterales de los muros. Amenazando con su crecimiento que, de no remediarse, llegará a invadir las planchas de madera, que sirven de paso para los visitantes".
Aparte del impacto visual negativo, añaden que "se trata de un elemento destructor, al afianzarse las raíces en la grava extendida por la superficie, pero también en las juntas de las piedras que sostienen los muros, con el consiguiente efecto disgregador del material y llegado el caso pudiera causar daños estructurales".
Por ello UPL exige su limpieza puesto que es "evitable con una corta manual o bien la utilización de herbicida ecológicos, de los muchos existentes, conlleva la aparición de plagas de insectos no deseables, con dificultades para ser controladas, en un espacio público concurrido".
Para los leonesistas se trata de “una incongruencia, que, a los propietarios de solares, se les obligue anualmente por razones de higiene a realizar una corta y retirada de la vegetación crecida en la finca correspondiente por razones sanitarias, y en prevención de incendios y desde el ayuntamiento se obvia realizar las labores de mantenimiento de las propiedades del común".
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