UPL asegura que, atendiendo a la Ley de la limpieza ordinaria en los tramos urbanos de los cauces, la limpieza corresponde a la entidad menor, en este caso al ayuntamiento de la capital. Por ello, UPL Zamora pide que se acometa la misma atendiendo a razones ostentosas de suciedad comprobable, en ambas márgenes.
El exiguo caudal aportado provoca que en las orillas se produzcan retenciones de materiales arrastrados de distinta naturaleza, iniciando un proceso de putrefacción favorecido por las altas temperaturas y el contacto con agua contaminada y por ello emanan olores desagradables y puede conducir a un riesgo sanitario.
Desde la formación aseguran que si bien en las orillas se acumulan suciedades, unas propias del río, otras basuras arrojadas, los azudes llevan peor parte al encontrarse en ellos detenidos troncos secos de gran tamaño, que en previsibles riadas vendieras serán empujados aguas abajo. Un riesgo, que han de sufrir el patrimonio fluvial. Arietes, que chocarán contra las pilastras del ya resentido puente medieval y posteriormente sobre las aceñas de Cabañales, pudiendo dañar su maquinaria como en otras ocasiones, advierten desde UPL.
Por todo ello, UPL insta al ayuntamiento de la capital, para que actúe de conformidad con la confederación y requiriendo su aportación económica, sobre las acumulaciones de suciedades en el Duero. Entendiendo que, por encontrase el cauce en niveles de mínimos históricos, resulta el momento propicio, para realizar estas actuaciones.
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