Desde hace varios años, la Universidad de Salamanca y sus residencias y colegios mayores intentan luchar contra unas novatadas que durante 2016, la vicerrectora de Atención al Estudiante calificaba como imparables. De hecho, la tradición de estas, así como la cantidad de personas que cada año las celebran, hacen casi imposible un control más allá de los límites de sus dependencias.
No en vano, la lucha se está centrando precisamente en que no se realicen en estos colegios mayores y residencias que, en sus estatutos, ya lo prohíben expresamente. Esto ocurre en las residencias privadas y también en el resto de colegios mayores y residencias dependientes de la Universidad de Salamanca.
En este año, la Universidad de Salamanca ha repartido un díptico informativo entre los colegiales en el que reza el lema ´Ayúdanos a que las novatadas sean historia. No te calles´ con el objetivo de terminar con ellas.
En este se puede leer que la novatada “implica maltrato, coacción y sumisión, la padecen siempre las mismas personas, tiene siempre consecuencias negativas y usa a otro para divertirse” y la compara con la broma, que sí busca la diversión de todos ya que no tiene esas consecuencias negativas.
Por ello, aconsejan a los veteranos a demostrar su madurez acogiendo e integrando a los nuevos alumnos con actividades alternativas, así como denunciando las novatadas por encima de las bromas. Al novato, por su parte, se le pide que no se someta a las novatadas como beber alcohol a la fuerza u otro tipo de vejaciones y le insta a no hacer los recados de los demás salvo en un ambiente de amistad.
La USAL y los colegios mayores ponen el cerco a las novatadas
Se prohíbe expresamente bajo la pena de expulsión las novatadas vejatorias en los diferentes colegios mayores, donde se intenta erradicar este fenómeno. La USAL es consciente de la dificultad para acabar definitivamente con ellas fuera de sus ´fronteras´ y mantiene el apoyo de diferentes instituciones.
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