“La vida de los demás sigue, pero la tuya se para”: el cáncer de mama contado desde dentro

El cáncer de mama no solo deja cicatrices en el cuerpo, también detiene el ritmo de la vida. Así lo relatan Maite Noriega y Conchi Rodríguez, dos pacientes que han puesto voz a la campaña “Nos lo tomamos a pecho” de la Asociación Española Contra el Cáncer en Zamora.

Imagen de Maite y Conchi en la sede de la AECC en Zamora
Imagen de Maite y Conchi en la sede de la AECC en Zamora

Este 19 de octubre, Día Mundial contra el Cáncer de Mama, la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) en Zamora ha querido ir más allá de los lazos rosas y los mensajes optimistas. Este año, su campaña “Nos lo tomamos a pecho” pone voz y rostro a quienes viven la enfermedad desde dentro: las pacientes. Porque, como recordaron Maite Noriega y Conchi Rodríguez durante la presentación celebrada en la sede zamorana, “no todo es fuerza y sonrisas”. Detrás de cada diagnóstico hay miedo, soledad, cansancio y, sobre todo, una vida partida en dos.

“La incertidumbre es lo peor”

Maite Noriega conoce el cáncer de mama demasiado bien. Lo ha vivido dos veces. “La primera vez te quedas estupefacta. Es como el primer parto: no sabes a qué vas”, relataba ante los medios. “Desde que te diagnostican hasta que empiezas el tratamiento pasan meses. Tres meses eternos en los que la cabeza no para. Piensas que no te están atendiendo, que no llegarás a tiempo. Esa incertidumbre es lo peor”.

Conchi Rodríguez asiente. Ella también sabe lo que significa esperar resultados, sentir que el tiempo se detiene. “Lo peor es al principio, hasta que te dicen que sí, que tienes cáncer. Y en mi caso, además, que era grave. Yo ya llevo treinta sesiones de quimio y todos sus efectos secundarios. Te cambia la vida. La vida que tenías, ya no la tienes”.

Ambas coinciden en que el proceso no solo es físico. Es emocional. Es mental. Es existencial. Y ahí es donde la campaña quiere poner el foco: en lo que no se ve.

“Nos sentimos acompañadas, pero no siempre entendidas”

Durante la rueda de prensa, una de las frases más repetidas fue la importancia del entorno. “Yo he tenido suerte”, contaba Conchi. “Mi marido ha estado en todo conmigo, lo ha llevado mejor que yo. Pero una cosa es sentirse acompañada y otra sentirse entendida. Y eso ya es más difícil”.

Maite añadía: “A veces no puedes andar 500 metros, o simplemente no tienes fuerzas. Y te gustaría que te entendieran, que comprendieran que no es pereza, que es que no puedes. Yo me conformo con que lo entienda quien vive conmigo”.

El estudio presentado por la AECC en Madrid lo confirma: las pacientes sienten que el mundo sigue girando mientras su vida se detiene. “La vida de los demás continúa —recordaba una de las participantes—, pero la tuya se para”. Por eso, uno de los mensajes de la campaña es pedir empatía, paciencia y comprensión: no siempre se puede sonreír, ni salir, ni responder a los mensajes de ánimo.

“No quiero hablar siempre de lo mismo”

Maite lo expresaba con claridad: “Entras en un proceso de aislamiento. No quieres llamadas, ni whatsapps. No porque te moleste la gente, sino porque no quieres hablar siempre de lo mismo. Estás en lo tuyo. Y aunque agradeces el cariño, a veces solo necesitas silencio”.

Aun así, asegura que ha intentado mantener su rutina. “No he parado. He hecho mi vida dentro de lo que podía. Pero no porque haya sido fácil. Recuerdo levantarme tras una sesión de quimio, ir al baño y tener que volver a tumbarme. Coger una olla para hacer la comida era agotador. Luego te recuperas un poco, hasta la siguiente sesión. Es un proceso que te corta la vida”.

Más allá del cuerpo: las emociones y la identidad

La campaña “Nos lo tomamos a pecho” recoge precisamente todas esas emociones que suelen quedarse fuera del discurso público sobre el cáncer. Desde la AECC explican que las pacientes hablan de sentirse “aterradas frente al diagnóstico”, “frenadas o expulsadas del mundo laboral”, “sin deseo sexual”, o “presionadas por los mensajes de autoexigencia social”. Pero también, algunas, se sienten “fortalecidas”, porque la enfermedad las ha hecho replantearse su vida y priorizar lo esencial.

El 24% de los diagnósticos de cáncer de mama en España se dan en mujeres menores de 50 años, y el 85% sobrevive. Pero como recordó María, representante de la AECC, “sobrevivir no siempre significa recuperar la calidad de vida anterior. Muchas pacientes arrastran efectos secundarios físicos y emocionales que condicionan su día a día”.

“Nos lo tomamos a pecho, porque es su realidad”

La campaña, protagonizada por pacientes reales, busca devolverles el protagonismo y romper los clichés. En el vídeo proyectado durante el acto, se escuchan voces de hijos y parejas que dicen: “Mamá, nos lo tomamos a pecho, que también necesitamos abrazarte y cuidarte”. Un mensaje íntimo, familiar, que refleja que el cáncer afecta a toda la red que rodea a la paciente.

Como concluyó el equipo de la AECC de Zamora, “esta campaña traslada la realidad del cáncer de mama más allá de lo que se ha hecho hasta ahora. Porque no se trata solo de curar, sino de escuchar, acompañar y entender. Nos lo tomamos a pecho porque ellas nos lo han contado desde el corazón”.

Epílogo: la vida, con sus pausas

“Yo acepté mi cáncer desde el primer momento”, dijo Conchi al final. “No fue fácil, pero lo hice. Porque la vida sigue, aunque sea más despacio. Aunque duela. Aunque cambie”.

Y es que, como ellas mismas enseñan, el cáncer de mama no solo deja cicatrices en el cuerpo, sino también en la mirada. Pero dentro de esas cicatrices también hay aprendizaje, coraje y, sobre todo, humanidad.

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