Después de días de color y alegría, el fin de la festividad de Carnaval se materializa con la quema de la sardina en la Plaza Mayor. Tras un recorrido en silencio por la calle Santa Clara, unido a los llantos y la marcha fúnebre por don Carnal.
Guiada hasta el centro de la ciudad a los hombros de un grupo de zamoranos, la sardina terminó siendo quemada ante una multitud que mostró su tristeza por el fin de la fiesta, en una tarde teñida de negro por el luto.
Diciendo adiós hasta el año que viene al ingenio carnavalesco, los zamoranos no dudaron en rendir honores a una sardina que acabó quemada por la antorcha de Doña Cuaresma, y con la ayuda de los bomberos ya que esta se resistía a arder, dando paso así a la recta final para la llegada de la Pasión a Zamora, la cual se otea en el horizonte, a tan solo cuarenta días para su arribada.
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