Estos insectos en su etapa adulta duran apenas horas, pero ala suficientes como para dejar imágenes tan impresionantes como las de la noche del pasado viernes en Zamora a orillas del Duero.
Su eclosión coincide con el periodo de apareamiento y su corta vida condensa un gran número de ejemplares en zonas cercanas a los ríos llamadas por la luz de las farolas instaladas en el Puente de los Poetas.
Los zamoranos que paseaban durante la pasa noche por la zona quedaron sorprendidos por el gran número de insectos que incluso dificultaba el paseo y muchas de ellas quedaban tendidas en el suelo provocando una pisada más que crujiente.
Atendiendo a criterios científicos, no se puede hablar ni de polillas ni de mariposas ya que pertenecen a la vertiente más arcaica de los insectos voladores. Estas dedican a la reproducción y aparecen en grandes números, miles de ellas al mismo tiempo como una forma de defensa natural ante posibles depredadores y de ahí su nombre.
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