VÍDEO | De Zamora a La Hiniesta: la ruta eterna del alma romera inquebrantable

Las campanas de la iglesia de San Antolín han despertado al barrio de La Lana. La ristra de gorras, deportivas y mochilas se sucedía desde las distintas calles del barrio llamadas por el repique del hogar de la patrona de los zamoranos.

Zapato cómodo, pero caminar amortiguado en el inicio por la alfombra de romero que dejaba un embriagador olor desde primera hora de la mañana. 

"Podéis ir en paz. Que comience la romería", anunciaba el párroco mientras los cientos de fieles se agolpaban a la puerta de la iglesia para ver salir a la Virgen de la Concha. El himno de España la meció en la salida, pero el himno de la Concha irrumpió con fuerza. 

"Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, Cooooooncha" es el himno que cada año acompaña a la virgen en la voz de los miles de romeros que acompañan a la imagen en uno de los años más multitudinarios de los últimos tiempos, en lo que ha su salida se refiere. 

La Virgen del Yermo aguardaba ya en San Lázaro para rendir honores a la Concha y tras el protocolario acto, la cuesta de la Morana, plagada de gente, fue testigo de la primera subida de la romería con la vista puesta en el pueblo de La Hiniesta.

Poco antes de las once de la mañana el calor apretaba ya a las puertas de la iglesia de Santa María la Real de la Hiniesta. Los romeros más veloces llegaban a la localidad. Los caminantes y los que decidieron ir en coche aparcando en las distintas calles del pueblo. 

Las caras de esfuerzo se sucedían en la última cuesta y, aunque al principio, la llegada era a cuenta gotas, pasas las once y media de la mañana la marea romera ya era más que palpable. Las dulzainas ya se oían a lo lejos desde la entrada principal. 

Los pendones pregonaban la llegada de la imagen, la cara de la Virgen emergía entre la multitud y desde lo alto de la cuesta parecía que la propia virgen iba mecida por las miles de personas que, pese al calor, se sumaron a la romería este 2025. 

Tras la vuelta protocolaria a la iglesia, la imagen ascendía por la escalinata para proceder al baile del pendón con el que le rinde honores el pueblo de La Hiniesta. Un año más, el hermanamiento entre la capital y la localidad de la Tierra del Pan se unían en el fervor.