En este jueves en el que se celebra el Día Mundial contra el Cáncer, la labor de los voluntarios y voluntarias sigue antojándose capital para el proceso de recuperación y el tratamiento de los pacientes. Vinculadas a la AECC, 31 personas en Zamora hacen suya la lucha de otros. Algunas pasaron por el mismo trance años atrás; otras lo vivieron con un familiar; las menos hallan empatía sin haber sufrido de forma directa con la enfermedad.

El presidente de la asociación, Jesús Fernández, señala que estas personas son "especiales". Su labor se desarrolla tanto en los hospitales como en las casas de aquellos que reciben la ayuda. Algunos pacientes tienen un pronóstico aceptable; otros pelean por terminar con dignidad su trayecto. En cualquiera de los casos, allí está el voluntario: "Requiere un esfuerzo y estar psicológicamente preparado", asegura el responsable de la AECC, que subraya que las personas que participan en estas acciones reciben información sobre cómo actuar en cursos previos.

MAYORÍA DE MUJERES

El perfil del voluntario se escribe en femenino. Al menos en Zamora, más del 80% son mujeres. La mayor parte de ellas son mayores de 60 años, tienen una cierta liberación laboral que les permite gozar de tiempo libre y tratan con varios pacientes.

VOLUNTARIOS DE OTRO TIPO

Aparte del medio centenar de personas que presta este tipo de ayuda específica, la asociación cuenta con cerca de 366 personas que participan en otras actividades que requieren un menor compromiso desde el punto de vista de la disponibilidad; hombres y mujeres que también contribuyen al buen funcionamiento del proyecto.

 

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