El alcalde de Zamora, Francisco Guarido, y el concejal de Obras, Pablo Novo, se han desplazado este martes hasta la calle Postigo en el casco histórico de la capital donde, tras meses de trabajos, se ha procedido a la apertura de una nueva calle que además deja al descubierto un tramo de la muralla ‘invisible’ hasta ahora, puesto que una edificación la mantenía ‘oculta’.
El denominado ‘Callejón de San Isidoro’ ahora ya es peatonal y transitable para que los ciudadanos puedan vagar por la historia de la ciudad, ofreciendo esa nueva visión del patrimonio de la misma conociendo este nuevo rincón junto al Portillo de la Lealtad.
La nueva calle tiene una anchura aproximada de seis metros y la zona se ha adecuado para que estéticamente sea acorde con el entorno. Desde el Ayuntamiento también se ha informado de que ha enviado una propuesta a Patrimonio para autorizar la instalación de una valla para que se pueda subir y pasear por arriba de la muralla, ofreciendo así un atractivo más en la zona.
Llegar a este resultado ha supuesto mucho tiempo de trabajo, puesto que el inmueble de tres plantas que estaba pegado al paño de la muralla pertenecía a tres propietarios distintos, algo que complicó el procedimiento de expropiación. Después se procedió a iniciar los trabajos en el interior de la edificación para finalmente, en el mes de septiembre de 2024, comenzar el derribo del exterior del mismo y empezar a vislumbrarse la muralla.
Cabe recordar que este derribo ha tenido un coste de 160.000 euros, puesto que el derribo se adjudicó en 73.000 euros y la expropiación fue por 87.000 euros.
Con la finalización de este proyecto, Zamora da un paso más hacia la mejora de su conectividad urbana, con un claro enfoque en la movilidad sostenible y la preservación del patrimonio histórico.
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