Zamora evidencia su escasez de hoteles adaptados: “No te das cuenta de las carencias hasta que tienes el problema en casa”
Susana Rojo cuenta la odisea que ha vivido su familia para que su hermano, tetraparésico desde el mes de enero, pueda hospedarse en la ciudad para disfrutar de la Navidad con sus seres queridos
“Si en Zamora mañana se celebrara una convención de esclerosis lateral amiotrófica (ELA), sería imposible acoger a los participantes: solo hay dos habitaciones adaptadas en toda la ciudad”. Así de contundente se muestra Susana Rojo tras la odisea que han vivido ella y su familia para conseguir una habitación de hotel en la ciudad para una persona con movilidad reducida.
Su hermano Fernando, tetraparésico tras un accidente el pasado mes de enero —la tetraparesia es la debilidad o parálisis parcial en las cuatro extremidades del cuerpo, se diferencia de la tetraplejia en que esta implica una parálisis total—, saldrá por primera vez del Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo desde su ingreso en abril para pasar las navidades con su familia en Zamora. Sin embargo, la falta de habitaciones adaptadas para su condición en silla de ruedas casi le cuesta la felicidad de volver a reunirse con todos los suyos.
"Ha sido una peripecia buscar un hotel con habitación adaptada", cuenta Susana, destacando que solo hay dos alojamientos en la capital disponibles para las necesidades de Fernando, y uno de ellos estará cerrado en la fecha deseada.
De este modo, no les ha quedado opción, solo había un hotel que cumpliese con sus requisitos y es donde finalmente el hermano de Susana se hospedará: "Si no hubiéramos encontrado este, no podría venir a pasar las fiestas porque la casa de mi hermana o la de su hijo no disponen de la logística adecuada, se hubiera tenido que quedar en el hospital", expresa lamentando la situación.
Susana Rojo relata a este medio la exhaustiva búsqueda que han llevado a cabo preguntando en diversos establecimientos hoteleros de Zamora. Uno de ellos, que se anuncia como accesible para personas con movilidad reducida, tiene bañera que carece de espacio para una silla de ruedas con las características que tiene la de Fernando. En otro hotel, la silla de ruedas no entraría por la puerta del cuarto de baño según las medidas a pesar de que el mobiliario del mismo sí se encuentra adaptado.
Hay otros casos con barreras arquitectónicas desde la entrada, con "cinco o seis escalones" que imposibilitan el paso de una silla de ruedas en uno de los hoteles. Del resto de alojamientos con los que contactaron, no recibieron respuesta o no estarán abiertos en tan señaladas fechas.
Susana recalca que la accesibilidad debe darse especialmente en la zona de aseo, con la presencia de un plato de ducha al nivel del suelo, y asas en la misma y en el inodoro. "En el hospital les ejercitan y enseñan para poder pasar de un asiento a otro, pero necesitan un asidero en el que sujetarse", comenta.
De todo lo vivido, lo que más ha sorprendido a Susana durante estas semanas de búsqueda ha sido la invisibilización de un asunto tan importante para ellos como que su ser querido pueda acudir a celebrar las fiestas con su familia. De ahí que considere tan importante difundir su historia para que aquellos que no sufren este problema, conozcan esta ausencia de facilidades: “Hasta ahora que nos hemos visto en la situación, no me había parado a pensar en estas barreras con las que nos encontramos. No te das cuenta de las carencias hasta que tienes el problema en casa”.
¿Qué dice la normativa?
La ley en España sí establece una serie de requisitos para que los hoteles y otros alojamientos turísticos tengan habitaciones accesibles para personas con movilidad reducida o discapacidad.
A nivel nacional, el Real Decreto 314/2006 aprobó el Código Técnico de la Edificación (CTE), en el cual se incluye la definición de "alojamiento accesible" para una persona en silla de ruedas. Se les exige que haya itinerarios accesibles dentro del edificio como pasillos con anchura mínima, puertas amplias o espacios de giro.
En cuanto a los hoteles construidos antes de la entrada en vigor del CTE (año 2006), no siempre están obligados a cumplir la normativa por completo en el caso de que no hayan realizado reformas integrales, pero sí que deben ajustarse dentro de una normativa básica vigente en cada comunidad autónoma, en muchos casos con requisitos inferiores a los que se piden en el CTE.
En el caso de Castilla y León, se rige por el Decreto 217/2001 y sus actualizaciones, por el que se aprobó el Reglamento de Accesibilidad y Supresión de Barreras. Exige condiciones básicas en cuanto al acceso al edificio, zonas comunes, habitaciones adaptadas, servicios higiénicos y plazas de aparcamiento accesibles.
Además, según la normativa turística, los decretos que regulan los establecimientos hoteleros suelen exigir un número mínimo de habitaciones adaptadas según la categoría del hotel. Sin embargo, en el Decreto 65/2015 por el que se regulan los establecimientos turísticos de alojamiento hotelero en Castilla y León no se especifica ese mínimo.
Por tanto, la falta de medidas más exigentes por parte de las instituciones para estos alojamientos en lo referente a la accesibilidad, acaba provocando situaciones como la historia de Susana Rojo y su familia.
Pese a todas las trabas con las que se han encontrado, Fernando podrá festejar la Navidad en familia tras un año que le cambió la vida. Pero su viaje revela algo más profundo y que se extiende a todas las personas con movilidad reducida: la inclusión real y la desaparición de barreras siguen siendo, por ahora, un horizonte lejano.
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